Sayli Navarro relata juicio a manifestantes del 11J en Matanzas: "La sala estaba llena de militares"

A la joven le dejó preocupada el hecho de que su padre, coordinador del Movimiento por la Democracia Pedro Luis Boitel, le mantuvieran con "shakiras" durante la audiencia; al igual que a otros prisioneros. Su padre tiene 68 años y es diabético.


Este artículo es de hace 2 años

Tal como ha sucedido en juicios anteriores contra participantes en las protestas contra el gobierno de julio de 2021 en Cuba, el iniciado este lunes en Matanzas contra nueve personas no ha sido muy distinto: "aceptaron solamente un miembro de la familia por cada acusado y la sala estaba llena de militares".

Así lo describió la activista Sayli Navarro, miembro de Damas de Blanco e hija del líder opositor Félix Navarro, ambos incluidos en la lista de acusados.


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En un audio difundido este martes en redes sociales por el opositor y expreso político Ángel Moya, la joven relató que el proceso comenzó sobre las 10:00 de la mañana, tomó la declaración de los acusados, realizó un receso a las 2:00 de la tarde y se reanudó luego con la exposición de pruebas por parte de la fiscalía.

A la joven le dejó preocupada el hecho de que su padre, coordinador del Movimiento por la Democracia Pedro Luis Boitel, le mantuvieran con "shakiras" durante la audiencia; al igual que a otros prisioneros.

Su hija explicó que "las shakiras son esposas normales que les ponen en las manos, pero esas esposas tienen cadenas que van sujetas a la cintura, y además tienen otras cadenas que van directo a otras esposas que les ponen en los tobillos, y así caminan". Su temor es que el roce constante de la esposa en el tobillo le genere una lesión que se complique por su diabetes luego.

"Yo nunca lo había visto con shakiras puestas. Yo estoy acostumbrada a ver a mi papá esposado tanto en la parte delantera como a la espalda, pero nunca con las shakiras puestas, a mí me tiene muy preocupada esa situación porque además, con esos grilletes puestos, ahí en las piernas, imagínate", afirmó.

"Constantemente los tienen así, si van al baño, rápidamente, están los oficiales ahí, poniéndoles las esposas, poniéndoles las shakiras, llevándolos al baño, y los regresan, les retiran las shakiras, y mientras están sentados no tienen eso, pero en cuanto a ellos los van a sacar de ahí, ya sea llevarlos para la celda, como cuando hicieron el corte, los ponen con las shakiras, los trasladan con las shakiras", agregó.

Félix Navarro, de 68 años y diabético, es uno de los acusados tras la Primavera Negra de 2003, cuando el dictador Fidel Castro encarceló a 75 activistas y periodistas independientes y les condenó hasta a más de 20 años de cárcel.

En 2011, como resultado de negociaciones entre los gobiernos de España y Cuba y la Iglesia Católica, el denominado Grupo de los 75 fue excarcelado y la mayoría se marcho al exilio con su familia. Navarro, no obstante, estuvo entre la docena de prisioneros que decidió permanecer en la isla y continuar defendiendo derechos humanos.

Acerca de las declaraciones de los acusados, dijo que "se portaron geniales", porque "todos narraron al dedillo las cosas que les hicieron y otras cosas que no sabíamos, estando presos, lo que pasó con ellos".

"Hubo un muchacho que dijo que aquí en la estación de policía lo habían golpeado y dijo quiénes habían sido los agentes del orden que lo habían golpeado", puntualizó.

Además, la Dama de Blanco contó que a este manifestante le fue negada en varias ocasiones la asistencia médica, que necesitaba por la golpiza recibida.

Tanto Sayli Navarro como su padre fueron detenidos el 12 de julio, en la estación policial de Perico, en Matanzas, adonde se dirigieron para preguntar sobre el paradero de miembros de su organización. A él le dejaron privado de libertad, le acusaron de los presuntos delitos de “atentado” y “desorden público” y la fiscalía le pidió luego 15 años de privación de libertad.

A la hija, por su parte, le impusieron una medida de reclusión domiciliaria y le piden 11 años de privación de libertad por los mismos presuntos delitos que su padre, más "desacato".

Saily dijo que los juicios, además, estaban siendo grabados con dos cámaras. "Un juicio público pero permitían un solo acompañante por acusado y la sala estaba llena de militares", advirtió.

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