El gobierno de Cuba envió tabacos a Brasil como garantía al préstamo millonario que dio el país sudamericano para la construcción de la Zona de Desarrollo del Puerto de Mariel.
El brasileño Gustavo Montezano, presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), dijo que aceptó puros cubanos como garantía del préstamo de mil millones de dólares para la construcción del importante puerto en la isla.
"Cuba dejó, en cuentas por cobrar, la venta de puros nacionales. Si no pagaba, el gobierno brasileño iría y empeñaría las ventas de cigarros para poder reembolsar al ciudadano brasileño", dijo Montezano en una transmisión en vivo por las redes sociales del presidente brasileño Jair Bolsonaro.
Las declaraciones se sustentan por la existencia de un documento oficial que fue compartido por CNN. Se trata del acta de la reunión de la Cámara de Comercio Exterior (Camex) donde se aprueba el financiamiento internacional realizado por BNDES, firmada el 26 de mayo del 2010.
Uno de los puntos del documento indica un financiamiento de 176 millones de dólares para que el empresario brasileño Marcelo Odebrecht iniciara la segunda etapa de la construcción del Puerto de Mariel.
En el inciso h del acta se precisa que las garantías serían "flujos internos de créditos generados por la industria tabacalera cubana, para ser depositados en una cuenta escrow abierta en un banco cubano”.
La cuenta escrow o de depósito en garantía, la abre el prestamista hipotecario con el objetivo de pagar gastos relacionados con la propiedad. Se caracteriza por ser una operación de garantía estándar que se incluye en el contrato y se mantiene bajo la responsabilidad de un tercero, hasta que se cumplan las cláusulas del acuerdo comercial.
En este caso el plazo de financiación era de 25 años, y es el más largo que podía ofrecer el banco.
Esta semana el presidente Bolsonaro dijo que da por perdido el dinero prestado a Cuba por los gobiernos de izquierda de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016).
Aunque reconoció que los préstamos bajo las administraciones de esos gobiernos respetaron las leyes brasileñas, señaló que se hicieron "sin garantías", especialmente los destinados a Cuba y Venezuela, y añadió que hubo un "mal uso" de los recursos públicos y ahora esas naciones no pagarán sus compromisos crediticios.
En este sentido es importante recordar las declaraciones de Odebrecht a finales de 2019, cuando confirmó que fue el expresidente Lula da Silva quien le solicitó desarrollar un proyecto en Cuba, marcado por el afán geopolítico y la afinidad ideológica.
Odebrecht dijo que él acudió por "un interés brasileño"; mientras que a otros países, su empresa había acudido por iniciativa propia. Fueron las primeras declaraciones que dio el empresario desde que fue arrestado en junio de 2015, por la operación Lava Jato.
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