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Los retrasos en los suministros, un grave problema de la economía

No hay justificación posible a estos retrasos en la esfera de la producción, por mucho que los dirigentes comunistas traten de argumentar

Edificio en La Habana (Imagen de referencia) © CiberCuba
Edificio en La Habana (Imagen de referencia) Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 2 años

En estos primeros días del año, el caos y el desconcierto en la economía cubana avanzan de forma inexorable y lo peor es que sus consecuencias irán a más. Cuando no se puede echar toda la culpa al bloqueo de las cosas que ocurren, hay que echar mano a la imaginación. Pero ni así, lo consiguen.

La prensa oficial castrista en esto no tiene parangón. Una noticia en Granma titulada “Explican atraso en la venta de productos de la canasta familiar normada” es un buen ejemplo de ello. La causa se atribuye a “demoras en la llegada a tiempo de las materias primas, que han provocado retrasos en la distribución de los cigarros, el café, los productos de aseo, el azúcar y la leche en polvo”, en fin, prácticamente todo.

Las explicaciones son, como siempre en estos casos, insostenibles y dan una buena muestra del caos existente. No existe argumento alguno para que los ciudadanos de un país se vean sometidos a esta penuria permanente, incluso cuando se dice que, “para los niños de 0 a un año, 11 meses y 29 días, se ha mantenido la entrega de dos pastillas adicionales de jabón de lavar” como una excepción ¿Y por qué no a los niños de dos años o tres y medio?

Se pregunta Granma si “¿cambian los tiempos?” con referencia al retraso de los abastecimientos en las bodegas cubanas de algunos productos vendidos por la canasta familiar normada. No cambian. Es lo mismo de siempre, agravado por una crisis terminal del modelo económico prosoviético que los comunistas se resisten a cambiar. Como si los retrasos fueran algo sobrevenido, inesperado y poco habitual en el día a día de los cubanos. Lo que sí que no admite justificación es que se produzcan por la no llegada a tiempo de materias primas importadas, incluso ya pagadas a sus proveedores, e interrupciones en los flujos de producción. ¿De quién es la responsabilidad de una pésima política de compras y aprovisionamiento de stocks? ¿Es que nadie va a responder de este desastre?

No hay justificación posible a estos retrasos en la esfera de la producción, por mucho que los dirigentes comunistas traten de argumentar. Por ejemplo, la paralización temporal de la producción de cigarros por falta de provisiones llegadas al país a finales de enero es algo inaudito y vergonzoso, que debería ir acompañado de exigencias de responsabilidades de quienes están encargados de esta rama productiva, señera de la economía cubana y que no debería tener este tipo de problemas.

Además, para colmo de males, las autoridades anticipan que en febrero debe restablecerse la distribución de este insumo asociado a los cigarros, pero “se hará teniendo en cuenta las decisiones de cada territorio, sus planes y la disponibilidad de cada provincia”, y afirman, al mismo tiempo, que, en las actuales condiciones de escasez, la venta no va a dejar de regularse. Ni tabaco.

Los datos de la publicación de ONEI “Industria manufacturera en Cuba. Indicadores seleccionados, enero septiembre de 2021, Edición noviembre 2021” permiten acceder a las estadísticas de producción.

El problema con los cigarrillos es fácil de observar. De 10,8 mil millones de unidades producidas de enero a septiembre de 2020, se ha pasado a 9,2 mil millones en el mismo período de 2021, lo que representa un descenso superior al 15%, que indica la falta de producto. Sin producción no se puede atender la demanda.

Con respecto al café, otro producto “retrasado” en las bodegas se informó que el 28 de enero concluyó el transporte de los volúmenes de café del mes hacia los almacenes de las unidades de comercio mayorista. Es decir, los establecimientos ya tenían el café y, por tanto, aun cuando su venta en las bodegas había sido establecida desde el día primero, sin embargo, por razones que no se mencionan, “se atrasó el ciclo en la red minorista”. Esas razones misteriosas, están detrás del atraso en el suministro de café.

Y es misterioso, porque el café tostado con 11,9 mil toneladas producidas de enero a septiembre de 2021 es de las pocas producciones que se mantienen o aumentan algo respecto al mismo período del año anterior, cuando se produjeron 11,8 mil toneladas. En este caso, hay producción sí, pero razones misteriosas se paraliza la venta y se impide el placer cubano del buchito de café.

Los productos de aseo tienen una problemática específica y en este caso, los retrasos, según los dirigentes, sí que son “culpa del bloqueo norteamericano sobre Cuba”, lo que impidió que llegaran a tiempo las materias primas, viéndose afectado el ciclo de producción, principalmente el del jabón de lavar, por lo cual la cuota de enero se completará en febrero. Como si las materias primas solo se pudieran comprar en Estados Unidos. Lo mismo de siempre.

En las estadísticas de ONEI se observa que el jabón de lavar, que parece ser el producto más afectado por la parálisis, descendió su producción un 12,2%, en el período objeto de comparación.

Incluso el azúcar, producto insignia de la nación, sufrió retrasos en la distribución. En este caso como consecuencia de los problemas con el comienzo de la zafra azucarera. Esto ha supuesto que en las bodegas se suministre inicialmente durante febrero una o dos libras per cápita de azúcar, “estando previsto cumplir la entrega total poco a poco”. Curiosamente, los mismos que hablan de desarrollo local, no reconocen que la situación con la zafra provocó que en el territorio oriental del país solo se pueda vender azúcar cruda a la población, mientras que en La Habana se mantiene la refinada. Reconocen que esta diferencia será eliminada en cuanto la industria garantice las entregas establecidas para el consumo nacional.

Para la leche en polvo, el problema está en los limitados volúmenes de leche en polvo que se producen en el país, de modo que como viene siendo habitual, lo poco que se fabrica (o importa) se destina en la canasta normada a los niños, las embarazadas y las dietas crónicas de la infancia. La ministra del ramo se felicita, porque ya está garantizada la entrega de los primeros 15 días de febrero, pero se sigue sin respaldar todas las dietas, pues no llegan al país las cantidades necesarias de leche en polvo (no hay importaciones porque no hay divisas, ¿por qué no compran la leche en polvo a las “mulas”?) de modo que hay que priorizar el suministro a los grupos que más lo necesitan (según estima el gobierno a su criterio). Y los demás, que aguanten.

De leche en polvo no hay cifras estadísticas de producción en la relación de bienes del ministerio de las industrias, pero si de leche evaporada, que descendió de forma espectacular un 88% en el período enero septiembre de 2021 comparado con 2020.

En este contexto de desabastecimiento, que sin duda crea alarma social e inquietud en amplios sectores de la población, al parecer se ha decidido mantener la asignación a las dietas médicas hasta que, de conjunto con el Ministerio de Salud Pública, no se revisen en los territorios todos los casos que reúnan los requisitos para recibirlas, para emitir a continuación una resolución entre los dos organismos.

Los retrasos en los suministros en estos primeros días del año van creciendo como una plaga por toda la economía nacional, y ya no solo afectan a productos básicos de la canasta normada, sino a la fabricación de cemento, materia prima fundamental para la construcción, de la que tan necesitada está el país. Otra nota en Granma se hace eco del proceso de modernización de la fábrica de cemento 26 de julio de Nuevitas, esencial para la producción de hormigón en toda Cuba, y que está detrás de esa menor producción. Hasta Ramiro Valdés ha tenido que tomar cartas en el asunto y ver de qué modo se aceleran los trabajos.

Al parecer, para reducir el atraso en la ejecución de obras en la fábrica, se ha incluido el sostenimiento de la producción de hormigón en unos 5.000 metros cúbicos, lo que exige, asombroso que esto no se haya tenido en cuenta, el suministro de áridos mediante el transporte por ferrocarril, aunque fuera necesaria la adición de otro tren para estas tareas. Ramiro Valdés mostró interés por la disponibilidad de herramientas, el mantenimiento de los equipos y la calidad de la alimentación del personal (hasta la comida es asunto vital para la modernización de una fábrica) a lo que el sindicato, como representante de los trabajadores, presta atención en la empresa. También fue informado de la presión de la empresa con la demanda de trabajo del turismo, lo que hace que mucha gente prefiera los mejores empleos que se ofertan en dicha actividad. Mal asunto, no hay café para un buchito y la producción de hormigón se retrasará y disminuirá. Da igual. Las viviendas no se construirán tampoco.

¿Alguien puede pensar en este tipo de retrasos en los abastecimientos en países como República Dominicana, Costa Rica o Ecuador? No. Imposible. Allí donde el mercado dirige la acción de los agentes económicos, la oferta y demanda encuentran el equilibrio a partir de la acción informativa de los precios. En Cuba, donde el estado ejerce ese papel con un ministerio de dudosa eficacia, el desastre lleva a retrasos, desabastecimiento, penalidades y vuelta a empezar. La solución es fácil. Cigarros, café, productos de aseo, azúcar, leche en polvo, hormigón, etc., nunca faltarían en los comercios cubanos con otro modelo de distribución.

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Elías Amor

Economista, Miembro del Consejo del Centro España-Cuba Félix


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