El gobierno cubano inició la demolición de las ruinas del Restaurante Moscú, para construir en esa céntrica esquina de La Rampa habanera un nuevo hotel para turistas.
El Restaurante Moscú fue consumido por el fuego en el año 1989 y desde entonces el Estado cubano lo dejó allí como muestra de su inmovilismo y su incapacidad de gestión. Hace solo unos meses se dignaron a darle uso a ese valiosísimo terreno en el corazón de La Habana.
En enero varios cubanos comenzaron a compartir imágenes en sus redes sociales de las intervenciones de empresas de construcción estatales en la zona. Se podían ver los carteles que anunciaban que se levantaría allí un nuevo hotel.
En febrero las autoridades de la capital cubana informaron el cierre al tránsito de la calle P, desde 23 hasta Humboldt, en el Vedado, municipio de Plaza de la Revolución.
Confirmaron que la decisión obedecía a que se iniciará en el terreno que ocupaban las ruinas del Moscú, las obras de construcción de una instalación hotelera del Grupo Gran Caribe. ACN indicó que el proceso de desmantelar el edificio durará cinco meses.
El Restaurante Moscú llevaba 30 años en ruina. La historia de este icónico lugar se remonta a inicios del siglo XX cuando tras tener una agencia de automóviles Dodge y luego una pista de carrera de galgos, se decidió la construcción de un cabaret con casino, El Montmartre.
El edificio se remodeló en la década de 1940 para convertirlo en el mayor centro de ocio nocturno de La Habana. En sus escenarios actuaron artistas de primer nivel como Agustín Lara, Lola Flores, Edith Piaf, Benny Moré, Olga Guillot, Rita Montaner, el Trío Matamoros, y otros.
Su decoración estaba inspirada en el barrio Montmartre de París y era un lugar obligado para amantes de la vida bohemia en La Habana.
En 1960 fue nacionalizado por el gobierno de Fidel Castro y no fue hasta la década de 1970 que el Estado cubano decidió darle un nuevo uso, transformaron su decoración al estilo moscovita para convertirlo en un gigantesco local gastronómico, el Restaurante Moscú.
La nueva decoración tenía muchos manteles, cortinas y sus suelos de madera. A los habaneros no les sorprendió que ardiera todo rápidamente cuando un misterioso incendio acabó con el local en 1989, año en que Moscú vivía el proceso de desintegración de la URSS.
Las ruinas en la céntrica esquina de La Rampa permanecieron inalterables durante tres décadas. Ahora las autoridades cubanas comienzan a destruir el edificio en un momento en que curiosamente Moscú está otra vez en el epicentro de las miradas del mundo, mostrando que no cree en lágrimas e invadiendo a Ucrania con el respaldo diplomático de Cuba.
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