La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos mostró este viernes "grave preocupación" por el uso de municiones de racimo por parte del ejército ruso en su contienda bélica contra Ucrania.
"Hemos recibido informes fidedignos de varios casos de fuerzas rusas que utilizan municiones en racimo, incluso en zonas pobladas", dijo el organismo de la ONU a través de un comunicado emitido en Ginebra.
El texto afirmó que por el uso de este tipo de munición cuatro civiles murieron y otros diez resultaron heridos en el Hospital de la Ciudad Central en Vuhledar, en Donetsk, el pasado 24 de febrero. Se contabilizaron también daños en ambulancias, vehículos civiles y la infraestructura del hospital.
"Hubo otros ataques con bombas de racimo en varios distritos de Kharkiv, en los que murieron nueve civiles y 37 resultaron heridos", agregó la denuncia de la ONU.
Naciones Unidas contabiliza hasta el momento 549 civiles muertos y 957 heridos desde que comenzó el ataque armado de Rusia contra Ucrania, aunque advierte que la cifra real podría ser mucho mayor.
"Los civiles están siendo asesinados y mutilados en lo que parecen ser ataques indiscriminados, con las fuerzas rusas usando armas explosivas con efectos de área amplia en o cerca de áreas pobladas. Estos incluyen misiles, proyectiles de artillería pesada y cohetes, así como ataques aéreos", detalló.
La ONU alertó también de las detenciones y arrestos arbitrarios que sufren los ucranianos que se oponen a la invasión rusa, incluso en protestas pacíficas.
"Creemos que los detenidos corren peligro de sufrir tortura u otros malos tratos y pedimos su liberación inmediata e incondicional. También nos preocupa el uso peyorativo de etiquetas como saboteadores y mercenarios, con la intención o el efecto de exponer a ciertas personas a mayores riesgos de daño", recalcó.
Por último, se pidió respeto al cumplimiento de los acuerdos internacionales relacionados con el trato que deben recibir los prisioneros de guerra
"Quienes hayan depuesto las armas o estén fuera de combate por haber sido heridos o detenidos, incluidos los prisioneros de guerra, deben ser tratados con humanidad y protegidos contra toda forma de tortura o trato degradante", finalizó.
Para el Comité Internacional de la Cruz Roja el uso de bombas de racimo constituye un problema que persiste desde hace décadas, sobre todo porque la mayoría son de caída libre y no están dirigidas hacia un objetivo en concreto.
Otro aspecto que preocupa es que el índice de error de estas armas en conflictos recientes varía entre el 10% y el 40%, por lo que existen decenas de miles de submuniciones que se quedan sin estallar o son inestables.
En mayo de 2008 un total de 107 Estados negociaron y aprobaron la Convención sobre Municiones en Racimo, de la que Rusia no es parte, pero si está sujeta al derecho internacional humanitario, fundamentalmente en asuntos relacionados con la prohibición de ataques indiscriminados.
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