La joven Yunaiky de la Caridad Linares Rodríguez, manifestante del 11J, inició una huelga de hambre tras recibir una sentencia de 14 años de privación de libertad por participar en el masivo estallido antigubernamental.
Niurka Rodríguez García, madre de la joven informó desde su perfil de Facebook sobre la decisión de su hija y denunció que fue llevada a una celda de castigo como represalia por su negativa a ingerir alimentos.
Linares Rodríguez, de 24 años, se encuentra retenida en la Prisión de Mujeres de Occidente conocida como El Guatao.
El activista Eduardo Testé se hizo eco de las palabras de Niurka al conocer sobre la abultada sentencia que recibió Linares Rodríguez. Advirtió que la joven no había golpeado ni asesinado a nadie ni había cometido delito alguno, pues pedir pacíficamente el respeto a la democracia y a los derechos humanos no es un acto criminal.
Añadió que no iba a cansarse de luchar y de condenar ante el mundo las injusticias que se cometen en Cuba y los atropellos contra quienes no están de acuerdo con el sistema y la miseria. Aseguró que si su hija pasaba 14 años presa, en ese tiempo no iban a lograr cambiar su opinión y que el pueblo odiaría más a los representantes del régimen.
Otros internautas también se han hecho eco de la noticia y han exigido al gobierno cubano la libertad de la muchacha y del resto de los presos políticos. El usuario Marcel Valdés señaló que solo una dictadura es capaz de ver la libertad de expresión como un delito.
Afirmó que Linares Rodríguez ha demostrado mucha valentía y merece que se alcen todas las voces por ella y que cualquier cosa que pueda sucederle en el recinto penal es responsabilidad plena del régimen comunista.
La sentencia de la joven manifestante se conoció este 16 de marzo, cuando el Tribunal Popular de La Habana dictó las condenas de 32 cubanos que protestaron en las calles de la barriada conocida como la Esquina de Toyo. Penas de hasta 25 años de privación de libertad fueron impuestas como escarmiento.
Dentro de los juzgados con máxima severidad sobresalen seis jóvenes que eran menores de 18 años en el momento del estallido social, para quienes la Fiscalía había solicitado peticiones de poca cuantía, como sucedió en otras localidades donde sí se consideró la reducción del tiempo en prisión.
El pasado febrero Niurka denunció las represalias del gobierno contra ella y su hija luego de que esta no se arrepintiera de su participación en las protestas. A la joven le fue retirado el derecho a la visita de sus familiares y la posibilidad de que le llevaran comida.
Añadió que esa última medida es muy cruel, pues la alimentación del recinto penitenciario es horrible, y denunció que los represores se aprovechaban de eso para castigar a los presos vinculados con el 11 de julio.
Ella estuvo entre los familiares y activistas que el 31 de enero se plantaron ante el Tribunal de Diez de Octubre en señal de protesta, hasta que fueron violentamente detenidos por grupos de respuesta rápida de la Seguridad del Estado.
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