Comprar zapatos para ir a la escuela es una odisea que sufren los padres cubanos, obligados a invertir grandes sumas de dinero en productos, a veces, de pésima calidad.
El periódico oficialista Invasor señaló que el gobierno de Ciego de Ávila se vio obligado a entregar zapatos para alrededor de 500 alumnos porque los menores asistían a la escuela en chancletas o directamente no iban a clases, en algunos casos.
En el artículo se muestran las vicisitudes de los padres cubanos para comprar zapatos a los escolares y se comentan los precios actuales de los tenis en Cuba.
"Un par de zapatillas en la boutique Bandolli costaba la semana pasada 43.00 MLC (unos 4,300 pesos cubanos,), otras de la marca Ocean Pacific, 63.00 MLC (6,300 CUP). Unos zapatos de cuero o botas, en establecimiento de trabajadores por cuenta propia, rondan los 4,000 pesos y en la calle, en cualquier portal, lo más barato que pagará por un par de zapatillas es 3,500 CUP", indicó el medio oficialista.
El último ejemplo representa el 90 por ciento del salario medio mensual en Cuba. El resto de los precios está por encima del poder adquisitivo de un trabajador en la isla.
El artículo indica, además, que la industria nacional de calzado "no ha podido recuperar las capacidades productivas anteriores al Período Especial, a pesar de que algunas fábricas han recibido inversiones".
El país necesita 20 millones de dólares de inversión extranjera para la “construcción y operación de una planta con tecnología limpia y moderna que produzca un surtido variado de calzado comercial, en el orden de los 47 millones de pares anuales, destinado al mercado nacional”. Hasta el momento tal inversión no se ha concretado.
La mayoría de las zapatillas en venta en los timbiriches de los merolicos cubanos, son traídas por las "mulas" desde Rusia, México, Panamá. Los precios son prohibitivos para muchas familias y los zapatos muchas veces no son lo suficientemente resistentes para el uso que tendrán.
Un niño cubano suele tener pocos pares de zapatos. Los más privilegiados tienen un par para pasear, uno para ir a la escuela y unas chancletas para estar por casa o jugar en el barrio.
Ese par de zapatos de ir a la escuela tiene que superar una caminata de ida, los juegos del patio, las clases de educación física y el regreso a casa, cada día. Muchos padres ponen todos sus ahorros en función de que sus pequeños vayan bien calzados, pero algunos no lo consiguen, porque o compran zapatos o comen.
Las tiendas en CUP no venden zapatos para niños. En febrero un grupo de madres holguineras se quejó al gobierno por esta situación y la respuesta fue tajante: la única opción está en moneda libremente convertible (MLC).
"Ropa y zapatos para los niños: Las cadenas de tiendas que comercializan en MLC tienen existencia en estos productos. Tienda La Lili, El Mónaco, El Encanto, entre otras", señalaron desde el gobierno de Holguín en un documento que se filtró a Internet.
Los zapatos artesanales en Cuba también se han encarecido desde que se inició la "Tarea Ordenamiento". Los artesanos deben pagar los insumos y mano de obra a los precios actuales así que el producto final es cada vez más caro.
La captación de divisas mediante las tiendas recaudadoras es una falacia del gobierno. Los cubanos se cuestionan hasta cuándo se mantendrán y a dónde va a parar el dinero recaudado, porque tras más de un año de haber sido puesto en marcha el proyecto, no hay nada en los mercados, ni ropas, ni zapatos, ni productos de higiene, ni alimentos.
Actualmente su valor en el mercado informal de la MLC está a 111,50 CUP, según la tasa elaborada por elTOQUE.
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