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Un grupo de unos 14 migrantes cubanos, entre los que había una familia con un niño de tres años, tuvo que ser rescatado este martes por las autoridades mexicanas y estadounidenses cuando sus integrantes estaban a punto de ser arrastrados por la corriente del río Bravo.
“Están intentando cruzar por una zona muy peligrosa”, dijo un reportero de ImpactoVisión Noticias en una transmisión en directo del suceso, en la que se podía apreciar la fuerza de la corriente del río, que arrastraba ramas de árboles a su paso por la zona, justo debajo de uno de los puentes que conectan México y Estados Unidos, en la localidad de Piedras Negras.
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A pesar de la fuerza de la corriente y las advertencias de los locales, el grupo se dispuso a cruzar el río con sus pertenencias guardadas en bolsas plásticas. Con los brazos entrelazados para formar un cordón y brindarse auxilio en caso de emergencia, los cubanos se adentraron en el río con una tranquilidad que muy pronto se vio convertida en un peligroso caos.
Sobre los hombros de su padre, el niño de tres años parecía muy tranquilo. Apenas avanzados una veintena de metros desde la ribera del lado mexicano, los cubanos empezaron a perder pie en el lecho del río y muy pronto se vieron con el agua al cuello. En cuestión de segundos, el hombre que llevaba al niño sobre sus hombros quedó a merced de la corriente, haciendo ingentes esfuerzos por mantenerse a flote con el pequeño a sus espaldas.
“¡Entraron en pánico! ¡Se los está llevando el agua!”, observó agitado el reportero mexicano, pidiendo ayuda a los rescatistas mexicanos (al parecer de organizaciones humanitarias, o autoridades locales). “Las lanchas de Estados Unidos ya salieron al rescate de los cubanos”, dijo mientras grababa con su teléfono móvil la intervención de las autoridades estadounidenses.
Lo que apenas un par de minutos antes era una cadeneta de migrantes avanzando con paso firme por las aguas hacia Estados Unidos, muy pronto se convirtió en un amasijo de personas arrastradas por la corriente, que muy poco podían hacer por ayudarse los unos a los otros y que terminó desmembrándose y separándose, creando múltiples situaciones de gran peligro.
Sin dudas, la más angustiosa de todas fue la del padre con su hijo a sus espaldas. “¡Cuidado con el niño! ¡Un chaleco por favor! ¡Ay dios mío, ayúdalos!”, gritó el reportero mexicano mientras grababa el desplazamiento de una lancha de la Patrulla de Fronteras de Estados Unidos que se acercó a los migrantes cubanos y comenzó a lanzarles chalecos salvavidas.
Del lado mexicano también se activó un dispositivo de rescate por parte de autoridades y grupos humanitarios locales que corrieron en auxilio de los cubanos arrastrados por la corriente del río Bravo, lanzándoles boyas salvavidas con cuerdas de las que tiraron para traer a los migrantes hasta la orilla. A una de esas boyas pudo agarrarse el padre con su hijo, consiguiendo salvarse del peligro.
Finalmente, al parecer, algunos migrantes consiguieron llegar al lado estadounidense. El corte de la transmisión del reportero mexicano impidió ver la secuencia completa del rescate, pero sí consiguió ofrecer el testimonio de una de las cubanas, llamada Isabel, que consiguió ser rescatada y atraída hasta la orilla mexicana del río.
“¿Estás en shock? ¿Qué pensaste cuando la corriente te arrastraba?”, le preguntó el periodista a la cubana de 25 años. “No; yo solo pensaba en mantenerme a flote, hasta que pude dar pie”, dijo la joven con lágrimas en el rostro mientras hablaba con su familia cuyos integrantes, al parecer, habían conseguido pasar el río.
También fue entrevistado el padre del niño de tres años. "¿Pasaste miedo en algún momento?", le preguntó el reportero mientras se reponían del susto en la orilla. "Por mí no, pero por mi hijo sí", contestó el joven. "Vimos que en algún momento te hundiste por completo, ¿qué pensaste en ese momento?", le volvió a preguntar el periodista. "Nada, en que él no se hundiera y no tragara agua".
"¿Por dónde vinieron hasta Piedras Negras?", quiso saber el periodista. "Por Nicaragua", contestó el padre cubano de 31 años, asegurando que habían tardado "como 16 días" en salvar la distancia y que habían pasado "bastantes sufrimientos". "La madre está en Estados Unidos", dijo en medio del shock provocado por la desafortunada experiencia.
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