APP GRATIS

Testimonio de una niña de la escuela aledaña sobre el estallido del Hotel Saratoga

Niños heridos con cortaduras de vidrios, otros en estado de shock y maestros intentando desalojarlos a todos a la mayor velocidad posible, fueron algunas de las escenas que la pequeña Camila pudo relatar a su madre.

Estado en el que quedó una de las aulas de la Escuela Concepción Arenal © Canal Caribe
Estado en el que quedó una de las aulas de la Escuela Concepción Arenal Foto © Canal Caribe

Este artículo es de hace 1 año

La terrible deflagración ocurrida este viernes en el lujoso Hotel Saratoga de La Habana empieza a ser reconstruida por los testimonios de quienes estaban cerca del edificio que estallaba aproximadamente a las once de la mañana, provocando una ola de destrucción a su alrededor.

Ubicado en la esquina de Paseo del Prado y la calle Dragones, el Saratoga tiene frente a su fachada en esta calle a la Escuela Primaria Concepción Arenal, que sufrió daños con la explosión y tuvo que ser evacuada.

La pequeña Camila Moros, estudiante de sexto grado de este centro, ofreció su testimonio al periodista y escritor cubano, Jorge Sariol, quien lo compartió a través de las redes sociales de la Editorial Abril, ubicada en las proximidades del epicentro de la explosión.

Camila estaba esa mañana junto a sus compañeros preparando una fiesta sorpresa para su maestra por el día de las madres. De pronto, el estallido ocurrido en el Saratoga sembró el caos en su escuela. La explosión, que provocó daños en el centro, retumbó en todo el edificio y dejó una impresionante nube de polvo en su interior.

Niños heridos con cortaduras de vidrios, otros en estado de shock y maestros intentando desalojarlos a todos a la mayor velocidad posible dejaron escenas que la pequeña Camila pudo relatar a su madre, trabajadora de la editorial; un testimonio que esta compartió con Sariol.

Bajo el título “El Saratoga y unos minutos en la vida de una niña”, el periodista describió estas dolorosas imágenes, difíciles de imaginar e inesperadas para todos los que las vivieron.

“Camila vio entre la tolvanera a su amigo Leo, con un hilo de sangre en la cabeza, a una niña paralizada por el terror y a otros dos cogidos de las manos. Vio a su maestra salir de entre la espesa calina, con un brazo muy lastimado y gritando a los niños que salieran por la escalera metálica hacia el segundo piso”, relató.

Entre gritos y en medio de la polvareda levantada por los escombros, el personal docente de la escuela Concepción Arenal consiguió evacuar a todos sus alumnos, utilizando para ello la escalera metálica de emergencias y no a la que se accede desde la entrada principal. “¡Por la escalera del frente no, por la metálica, todos, vamos, vamos!”, escuchó Camila que decían las maestras.

En medio del pánico, la pequeña escuchó llantos que supuso provenían de las aulas de los más pequeños, estudiantes de preescolar. Finalmente, “los niños empezaron a reaccionar y a correr en medio del miedo, sintiendo aún temblar el edificio”.

Una vez en la calle, y con el “polvo aun flotando en todas partes”, Camila distinguió a varios compañeros de su escuela que salían del edificio “con heridas en la cabeza, en los brazos o las piernas”. También distinguió las figuras de unos “gigantes” (bomberos) “con cascos amarillos y rollos de soga al hombro”.

Estos se movían a toda prisa, “volando” según Camila, y les daban instrucciones a maestros y alumnos para que se refugiaran en el edificio del Capitolio. “Los llegados arropaban la hilera de niños, los llevaban hacia el ala sur del imponente edificio”, describió Sariol a partir del testimonio de la pequeña.

“Maestros y trabajadores seguían saliendo, cada uno con un racimo de tres o cuatro niños de la mano y seguían las ordenes de los gigantes de los cascos. Le pareció ver que en una ambulancia se llevaban a una maestra y a otros niños, pero no estaba segura” relató.

Luego de minutos de ansiedad, Camila pudo distinguir a la recepcionista de la Casa Editora Abril, donde su madre trabaja. Al verla, salió corriendo a sus brazos. Fue entonces que pudo identificar a su mamá, que salía presa del pánico y la incertidumbre. Ambas se fundieron en un abrazo y nada más recuerda la pequeña de 6to grado de la escuela Concepción Arenal.

“Aun caían piedras, pero yo me metí en la escuela”, contó un oficial del MININT que compartió sus vivencias de los primeros minutos tras el estallido. “Aun caían piedras, pero yo me metí”, detalló el oficial en un audio reproducido por Cubadebate, en el que afirmó que entre otros, socorrió a dos pequeños que se encontraban llorando, refugiándose debajo del pupitre.

Por su parte, la directora de Educación en la capital, Yoania Falcón Suárez, aclaró este viernes que "los estudiantes están con sus familias" y especificó que de los cinco menores de edad lesionados, tres son alumnos de esta institución educativa.

A la comunidad educativa del centro también se refirió el primer secretario del Partido Comunista en La Habana, Luis Antonio Torres Iríbar, quien dijo a la prensa que los alumnos fueron evacuados inmediatamente hacia el Capitolio y que, una vez allí, sus padres fueron contactados para recogerlos.

Hasta el momento, se reconoce la existencia de 15 son menores de edad entre las 56 personas que permanecen hospitalizadas por heridas de diversa consideración. De ellos, tres están en estado crítico, dos en estado grave y nueve se mantienen de cuidado. Una niña de 11 años se encuentra en terapia intensiva tras sufrir un trauma craneal simple.

De los 15 niños heridos, 5 pertenecen a la escuela Concepción Arenal, según explicó este viernes el gobernador de La Habana, Reynaldo García Zapata.

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689


Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada