El padre del adolescente de 18 años que asesinó a 19 niños y dos maestras en Uvalde, Texas, dijo que se sentía avergonzado por lo que hizo su hijo y comentó que solo debió matarlo a él.
"Solo quiero que la gente sepa que lo siento. (...) Nunca esperé que mi hijo hiciera algo así. (...) Debió matarme a mí, en lugar de hacerle algo así a alguien", dijo Salvador Ramos (padre) en entrevista con The Daily Beast.
El hijo, Salvador Ramos Martínez, disparó el martes a su abuela en la cara. Luego condujo hasta la Escuela primaria Robb de Uvalde y abrió fuego en una clase de cuarto grado. Asesinó a 19 niños y dos maestras, en el tiroteo considerado el más mortífero en la última década en Estados Unidos.
El padre del tirador dijo que se encontraba trabajando cuando supo lo que había hecho su hijo. Su primera reacción fue llamar a la prisión local para saber cómo estaba el joven, pero quedó destruido cuando le informaron que fue abatido por la policía.
"Nunca volveré a ver a mi hijo, al igual que ellos no verán a sus hijos. Eso me duele", dijo Ramos.
Explicó que no tenía idea de por qué su hijo se volvió tan violento. Aseguró que el adolescente era "una buena persona", pero que en tiempos recientes se había interesado por actividades como el boxeo y que "se pegaba a sí mismo".
Salvador Ramos Martínez creció en una familia desestructurada. Tenía una mala relación con su madre y abandonó la escuela secundaria. No veía a su padre con frecuencia y desde hacía más de un mes no se hablaban.
"Mi madre dice que probablemente él también me habría disparado, porque siempre decía que no lo quería", comentó Salvador Ramos padre, quien tiene un extenso historial criminal que incluye condenas por agresión a un familiar.
El padre tampoco mantiene relaciones cercanas con su hija de 21 años, hermana del autor de la masacre. De ella se conoce que se unió a la Marina de Estados Unidos y abandonó la casa hace tiempo.
"Quiero que la historia de mi hijo se conozca. No quiero que lo llamen monstruo… no saben nada. No saben nada por lo que estaba pasando", aseguró el padre.
Las autoridades de Texas indicaron que el adolescente compró dos rifles y 375 rondas de municiones en fecha previa a la masacre. La discusión con la abuela materna fue por la factura telefónica. En cuanto a su acción en la escuela señalaron que se atrincheró dentro del aula de cuarto grado por más de una hora.
La madre del adolescente también se disculpó en sus declaraciones públicas y defendió lo mismo que el padre, que nadie imaginaba el tormento por el que Salvador Ramos Martínez estaba pasando.
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