Anthony Coley, portavoz del Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ), anunció este domingo el inicio de una investigación sobre la respuesta policial al tiroteo masivo que el 24 de mayo último causó la muerte de 19 niños y dos maestras en la localidad de Uvalde, Texas.
"A petición del alcalde de Uvalde, Don McLaughlin, el Departamento de Justicia de EE.UU. llevará a cabo una revisión de incidentes críticos de la respuesta de las fuerzas del orden al tiroteo masivo en Uvalde, Texas, el 24 de mayo”, informó la institución estadounidense en una nota oficial.
De acuerdo con el documento “el objetivo de la revisión es proporcionar un informe independiente de las acciones y respuestas de las fuerzas del orden ese día, e identificar las lecciones aprendidas y las mejores prácticas para ayudar a los primeros respondedores a prepararse y responder a eventos de tiradores activos. La revisión se llevará a cabo con la Oficina de Policía Orientada a la Comunidad del Departamento”.
“Al igual que las anteriores revisiones posteriores a los tiroteos masivos y otros incidentes críticos del Departamento de Justicia, esta evaluación será justa, transparente e independiente. El Departamento de Justicia publicará un informe con sus conclusiones al concluir su revisión”, explicó también el texto oficial.
Al anunciar el inicio de la revisión en su cuenta de Twitter, Coley recibió reacciones de más de 700 internautas, muchos de los cuales se mostraron incrédulos con respecto al resultado que pueda tener la iniciativa del DOJ. “Nada va a pasar, este Departamento de Justicia no presenta cargos contra policías, nunca”, afirmó una usuaria de la red social.
“Me sorprende que Don McLaughlin solicite esto. Debe haber sido presionado. Y me alegro de que el Departamento de Justicia esté investigando este horrible grupo de eventos”, “A lo que debería dedicar tiempo y recursos es a potenciar en el país un control de armas efectivo para que no ocurran cosas tan terribles como estas. ¿Hasta cuándo?”, cuestionaron otros foristas.
El pasado 24 de mayo, Salvador Ramos, exalumno de la Escuela primaria Robb, en Uvalde, Texas, irrumpió en el recinto y asesinó a 21 personas: 19 niños y dos maestras. Fue abatido por disparos de la policía en el lugar de los hechos.
El terrible suceso se convirtió en el segundo más mortífero en la historia de Estados Unidos desde la masacre en la Escuela Primaria Sandy Hook en 2012 y reavivó el eterno debate sobre la proliferación indiscriminada de armas de fuego en territorio estadounidense.
Una familia hispana residente en esa localidad lamentó la muerte de cuatro de sus integrantes durante el tiroteo. Ana Aguilar contó que perdieron en esta tragedia a tres niñas y un niño; además de una quinta pequeña que resultó herida y tuvo que ser operada.
La investigación sobre el accionar de las fuerzas del orden responde a que la misma Policía de Texas admitió un error grave durante los terribles eventos, al no entrar al aula donde el atacante se había atrincherado con los estudiantes de cuarto grado y sus maestras.
Steven McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública en el estado de Texas, informó que, mientras el asesino disparaba dentro del salón de clases, una veintena de policías esperaban afuera en un pasillo sin intervenir. Al parecer el comandante al mando de la operación, cuya identidad no ha sido revelada pensó que Ramos estaba en un espacio donde no había niños, por lo que decidió esperar por refuerzos, durante al menos una hora.
Este domingo, el presidente de Estados Unidos Joe Biden y su esposa, la la primera dama, Jill Biden, visitaron la localidad de Uvalde para ofrecer de primera mano sus condolencias a las familias de las víctimas. El mandatario también llegó hasta la escuela primaria Robb, donde se emocionó hasta las lágrimas en presencia de las cruces blancas con las imágenes de los niños asesinados y de sus dos maestras
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