Al menos 11 mil migrantes, entre los que se encuentran un número no precisado de cubanos, están dispuestos a avanzar en caravana desde Tapachula el próximo 6 de junio.
Luego de que el gobierno mexicano rompiera un acuerdo para distribuirlos a otras localidades del país, con vistas a agilizar los trámites migratorios que les permitirían continuar su trayecto a Estados Unidos, los migrantes están dispuestos a salir en caravana el 6 de junio a las seis de la mañana, como se había programado desde un principio.
“Nos organizamos y hay líderes de Venezuela, Cuba, Bangladesh, África, Haití, Colombia, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala que tienen listas con el número de personas que están dispuestas a caminar por la carretera costera con la intención de llegar a los Estados Unidos”, dijo Luis García Villagrán, coordinador del Centro de Dignificación Humana, una organización que atiende al grupo de migrantes varados en esa ciudad del sur de México, en declaraciones recogidas por el medio local Diario del Sur.
García Villagrán, activista de derechos humanos, denunció que las autoridades migratorias cabildearon para separar al grupo de migrantes, pero estos optaron por seguir unidos en su intento de llegar a Estados Unidos.
Además, aseguró que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador quiere seguir utilizando a los migrantes como moneda de cambio con Estados Unidos y a Tapachula como la cárcel más grande de extranjeros en Latinoamérica.
“Ya estamos preparados todos para caminar, pues es la única opción que nos está dejando el gobierno de la Cuarta Transformación para poder salir de esta cárcel”, concluyó García Villagrán, quien invitó a todos los migrantes que están varados en la ciudad a que se unan a la caravana más grande que jamás ha salido de Tapachula.
El pasado miércoles, ante la amenaza de la salida en caravana, el Instituto Nacional de Migración había entregado un documento a los migrantes que aseguraba que serían trasladados en autobuses a los estados de Puebla, Estado de México, Hidalgo, Querétaro, Colima, Jalisco, Guerrero y Guanajuato, donde podrían gestionar de manera legal las visas para transitar por el territorio mexicano.
Aun así, los migrantes advirtieron que esperarían –de manera ordenada, pacífica y sin afectar a la población de esa ciudad en el estado de Chiapas– hasta el 5 de junio a que el gobierno cumpla su promesa, si no, saldrían en caravana como tienen planeado.
En caso de que esta caravana finalmente salga, se trataría de la más grande hasta el momento, incluso superando a la caravana masiva que salió de Centroamérica en 2018.
Los 11 mil migrantes que aguardan por la redistribución llevan varados entre dos a tres meses en la ciudad, sin trabajo y a la espera de citas migratorias fijadas para dentro de tres meses o más.
Del total de personas inscritas en las listas de traslado, aproximadamente ocho mil proceden de Venezuela.
El pasado martes, se conoció que las lluvias relacionadas con el huracán Agatha retrasaron los trámites de más de dos mil migrantes, entre los que se encuentran cubanos, que esperaban por ser atendidos en el parque Bicentenario de Tapachula.
Pese a esta adversidad, la entrega de visas humanitarias, con las cuales podrán transitar libremente por México y llegar a la frontera norte, ha continuado su proceso, según aseguraba El Heraldo de México.
Hace unas semanas, un grupo de migrantes irregulares cubanos, de los que permanecen varados en esa ciudad del sur de México, demandaron un trato justo porque aseguraron que los habitantes locales les quieren cobrar el doble por sus necesidades básicas: renta, pasajes de autobús y comida.
Esta situación afecta también a los migrantes venezolanos, que, junto a los de la isla caribeña, resultan mayoría por estos días en Tapachula.
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