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La madre del doctor y activista cubano Alexander Jesús Figueredo Izaguirre, que partió al exilio a finales de abril, le dedicó un poema en el que le pide que no vuelva a Cuba, aunque el tiempo y la separación de los suyos le aflijan a diario.
“No vuelvas aunque estés triste y estén más viejas mis manos, no vuelvas porque prefiero verte lejos que humillado...”, escribió Ana Margarita Izaguirre a su hijo, que por estos días cruza la peligrosa Selva de Darién en su ruta migratoria.
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Este martes, en una publicación de sus redes sociales el doctor afirmó que solo regresaría a Cuba cuando haya libertad o un reclamo mayoritario de esta por parte de una ciudadanía activa.
“Si me lo dice mi mamá, pues todo está dicho. A Cuba solo vuelvo el día que el pueblo salga a la calle, o cuando haya libertad”, aseguró un médico que perdió su trabajo y fue hostigado por la Seguridad del Estado por ejercer su derecho a la libre expresión en Cuba.
“No vuelvas a donde te trataron mal, a donde no les importó si te ibas o te quedabas, ni sí sentías frío o te quemabas... No vuelvas a donde fuiste ignorado y maltratado, donde a esos no les importa ni tú presente ni tú pasado...”, le dijo su madre con unos versos llenos de dolor.
“No vuelvas a donde no te valoraron, donde tus sacrificios de pronto fueron borrados, donde se expande el pecado porque mentir es la meta para vivir desahogado... Por todo eso no vuelvas; quédate del otro lado...”, pidió la anciana que se quedó en Cuba privada de los cuidados y la compañía de su hijo por la represión y la violencia institucionalizada en el Estado totalitario cubano.
Familia cubana educada en el gusto por la poesía, el doctor Figueredo Izaguirre también se valió de ella para expresar sus sentimientos al momento de partir al exilio.
"Volveré el día que seas libre, donde pensar diferente no sea un delito. Donde por querer vida no te paguen con muerte. Donde te midan por tu intelecto no por tu ideología. Solo entonces volveré. Todo pueblo merece el gobierno que tiene", escribió el doctor en Facebook este lunes junto a un fragmento del poema "Adiós a la patria", del poeta venezolano Rafael María Baralt Pérez (1810-1860).
Residente en Bayamo, Granma, el doctor era residente de tercer año de Urología en el Hospital Carlos Manuel de Céspedes de esa ciudad. Luego de su regreso de Venezuela, como parte de las brigadas médicas cubanas en el exterior, tuvo que enfrentarse a la muerte de su abuelo, a quien siempre llamó papá. Las circunstancias de esa pérdida lo volcaron a denunciar la situación de la salud pública en Cuba.
Inhabilitado para el ejercicio de la medicina en Cuba por tiempo indefinido, por “difundir criterios y opiniones que menoscaban el prestigio y principios de la salud pública cubana y sus profesionales”, el doctor manifestó que no había violado “el juramento hipocrático sino el juramento comunista”.
El también miembro del Gremio Médico Cubano Libre denunció en julio pasado que "un poco por arrogancia, este mal llamado gobierno no asume una responsabilidad ante su pueblo de decir: 'lo hicimos mal'; de decir: 'vamos a cambiar esto'. No, prefieren decir: 'somos continuidad', y tragarse su arrogancia. Y que el pueblo sufra por no decir que no hay medicamentos, por no decir que están falleciendo los niños...".
En una de sus tantas citaciones ante la Seguridad del Estado, esa vez en ocasión de la convocatoria de la Marcha Cívica por el Cambio, el médico cubano denunció que “ya esta gente no sabe cómo amedrentar a la gente; pero bueno, las ideas no se matan”.
“Esto lo veía venir desde hace meses, desde que empezó el proyecto Archipiélago, porque es como actúan ellos: coaccionan, amedrentan, tienen todos los medios para hacerlo. El único medio que tenemos nosotros son las ideas, que contra las ideas nadie ha podido nunca", afirmó.
En la actualidad Figueredo Izaguirre viaja junto al otro médico y activista cubano, Alexander Raúl Pupo Casas, en una travesía por América Central y México para llegar a Estados Unidos. Este lunes el galeno aseguró que una parte suya había muerto en la selva del Darién, al ver el sufrimiento y la muerte que causa esta peligrosa ruta a los migrantes cubanos y de otras nacionalidades.
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