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La leyenda de la pelota cubana Tony Oliva agradeció este domingo a Cuba, a quien dijo siempre llevar en su corazón, durante su discurso de exaltación al Salón de la Fama de Béisbol de Estados Unidos.
“Cada momento que pasa mi mente está en mi Cubita. La quiero, nunca me olvido de ella, y le deseo la mejor suerte”, comentó un Oliva emocionado durante la ceremonia en el santuario de Cooperstown.
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En el día en que también fue exaltado póstumamente su compatriota Orestes “Minnie” Miñoso, Oliva recordó su infancia en la isla.
“Estoy aquí hoy, no puedo creer que esté aquí. Miro a un lado y otro y no puedo evitar hacer memoria. Este lugar luce como el campo que mi padre construyó en mi natal Cuba para que su hijo pudiera jugar pelota. Quiero agradecer a Dios, a mi padre y mi madre, a mis hermanos y hermanas, y a los amigos que alentaron a seguir mi sueño, y venir a los EE.UU. a jugar béisbol”, agregó el mítico bateador de los Mellizos de Minnesota.
El pinareño también tuvo palabras de aliento para los peloteros latinos que se abren camino en el béisbol estadounidense y dedicó también el momento a los otros países de América Latina donde jugó o dirigió.
“También le quiero dar las gracias a México, donde estuve mucho tiempo, que me dio la oportunidad de jugar y también manichear; también Colombia, Puerto Rico que fue donde empecé y Santo Domingo, quienes me pusieron en su salón de la fama, lo que es un orgullo para mí”, dijo.
El cubano de 84 años se mostró emocionado por su elevación al panteón de los peloteros inmortales, luego de una espera de casi 46 años desde su retiro en 1976.
“Estaba tan feliz. Sabía que esa era mi último tren, si no recibía la llamada ese día, eso era todo para Tony”, agregó Oliva, quien recibió el pasado diciembre la llamada con el anuncio de su confirmación.
La víspera, Oliva había dicho en conferencia de prensa previa a la ceremonia que agradecía por el apoyo recibido “a los cubanos que están en Estados Unidos. Les mando mucho saludo y recuerdo [a los que están en la isla]. Este triunfo no es solamente mío, es de todos los cubanos, los que están en Cuba y Estados Unidos”.
El cubano, quien bateó durante 15 temporadas en las Ligas Mayores, 304. de average, obtuvo tres títulos de bateo, y el Premio al Novato del Año de la Liga Americana en 1964.
“Oliva fue uno de los bateadores más consistentes y peligrosos de la época, liderando la liga en hits cinco veces y en dobles cuatro veces durante sus ocho años de gloria, de 1964 a 71, hasta que una lesión de rodilla en el 72 terminó por completo con su carrera. Su relativamente corto momento de estrellato y, por lo tanto, la falta de registros de por vida, hicieron que se mantuviera alejado del Salón de la Fama durante mucho tiempo”, explicó en un artículo para el sitio oficial de MLB, el periodista Do-Hyoung Park.
Con la ceremonia de este domingo, Tony Oliva y Orestes Miñoso se unieron a Martín Dihigo, José Méndez, Tony Pérez y Cristóbal Torriente, otros cuatro inmortales de la isla que ya tienen su lugar en el santuario del mejor béisbol del mundo. También forman parte del selecto recinto el empresario beisbolero Alex Pompez y el narrador y comentarista Rafael “Felo” Ramírez.
El periodista del medio independiente cubano Swing Completo Yasel Porto, quien estuvo presente este domingo en Cooperstown, consideró en un texto publicado en su perfil de Facebook, que luego de la ceremonia “Cuba vive más orgullosa de ellos, a pesar de los silencios, de la ignorancia y de todo lo que ha impedido que para cada uno de los millones de cubanos este día de hoy sea especial, memorable... INMORTAL”.
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