Los centros para el cuidado de ancianos durante el día, conocidos popularmente en Cuba como "casas de abuelos", están cada vez más vacíos en Pinar del Río, porque muchos usuarios no pueden pagar las nuevas tarifas del abono mensual.
Un reportaje del periódico Guerrillero en la casa de abuelos en el municipio de Los Palacios señala que el local cuenta con una estructura sólida, buenas condiciones para prestar sus servicios a los mayores, pero cada vez tiene menos usuarios.
La doctora Mayda García Parodi, directora municipal de Salud Pública, aseguró que el centro solo tiene ocupadas un poco más del 50% de sus plazas a pesar de que garantizan "buenas condiciones de higiene, alimentación y espacios". El mayor porcentaje de bajas estuvo asociado a cuestiones monetarias tras la Tarea Ordenamiento.
"Nosotros hemos venido trabajando en el proceso de caracterización y captación de ancianos que necesitan este servicio, pero al conversar con sus familias, estas no están de acuerdo", señaló la funcionaria. "El asunto se debe a cuestiones monetarias. Muchos de los abuelos se fueron por el nuevo monto que debían abonar a la institución".
Los ancianos están decididos a no regresar, tal y como ocurre con decenas de comedores sociales a los que tampoco asisten por los altos precios impuestos a estos servicios en el país tras el reordenamiento económico.
"Es cierto que el Estado incrementó las chequeras, al principio todo iba bien, pero casi de forma inmediata la vida comenzó a encarecerse y el gobierno empezó a subir también los servicios de forma paulatina. De repente, de 300 y tanto que pagábamos, nos subieron a más de 800 pesos", dijo Carlos Enrique García Miranda, abuelo que usa los servicios del centro.
Los costes de este servicio social están entre los 400 y los 800 pesos según las posibilidades que ofrecen las chequeras de cada usuario.
"La vida está muy dura, con lo que pagas aquí prácticamente no te deja nada para vivir. Entre los medicamentos que también subieron de precio, las cosas de la bodega y las necesidades básicas, el dinero no alcanza", dijo Luis Armenio García Izquierdo, otro de los abuelos entrevistados.
"Aquí no vienen los especialistas, tenemos que ir a verlos al policlínico si padecemos alguna dolencia. Y consideramos que esto debería analizarse y estudiarse, pues a nosotros se nos dificulta mucho asistir a esas consultas cuando las necesitamos", dijeron los abuelos.
Denunciaron también que ya no se sienten capaces de hacer largas colas para ver a un médico en Cuba y el Estado no les ofrece facilidades para que los médicos los atiendan en el hogar de ancianos.
En marzo un reportaje del periódico 5 de Septiembre mostró como los ancianos cubanos han quedado arruinados, empobrecidos y olvidados con la Tarea Ordenamiento. La jubilación no les alcanza para subsistir por la inflación que hay en el país.
“Nunca viví del cuento. En su momento hice lo que debí hacer. Ahora me siento maltratado, sin retribución. Padezco de anemia, no puedo salir a la calle por el riesgo a una caída. Quiero ser medido con la misma regla que miden a todos, pero el asunto es que la regla se ha quedado corta”, expresó un anciano cubano.
"¿Qué son hoy 1,570 pesos?", se preguntó en medio de la dura crisis económica, política y social que atraviesa el país.
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