Bárbara Acosta, madre de un niño ciego, denunció este jueves que el gobierno de Las Tunas, provincia en la que reside, quiere desalojarla de su vivienda, en la que también vive su otra hija menor de edad.
Acosta acudió desesperada a la red social Facebook, donde compartió una foto junto al pequeño. “Me siento muy mal”, escribió en la descripción de uno de sus post, en el que no ofreció muchos detalles sobre el caso.
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En otra publicación subió un video para pedir ayuda, pues la querían sacar de su vivienda en esta misma jornada. En el clip, la madre cubana dijo que vivía en una casa construida a través del programa de subsidios, pues a su hijo, que nació con discapacidad, nunca le han querido dar un hogar propio con las condiciones necesarias.
Según explicó, la persona dueña del lugar donde reside había decidido venderlo, por lo que ella tenía que salir, sin contar con otro sitio en el cual refugiarse. “Me van a sacar de la vivienda, ahora mismo me van a sacar de la vivienda”, exclamó llorando.
En otro video, en el que también sale su hija mayor, Acosta contó que su pequeño padece de anoftalmia bilateral, lo cual implica que nació con defectos en sus ojitos, porque estos no se desarrollaron completamente durante el embarazo. Relató que la casa donde se encuentra es propiedad de un señor que en la actualidad vive en Colombia y que es la hija del hombre quien quiere vender el inmueble.
“Ella ayer vino con la policía, me dejaron un documento sin cuño (...). Este bebé no camina, necesita rehabilitación, por lo cual estoy luchando por esta vivienda, para poderlo rehabilitar, pero es muy duro, con un niño así de brazos”, señaló.
Acosta realizó luego otra transmisión en vivo desde su cuenta en la red social en la que enseñó el papel que le dejaron las autoridades, indicando que debía salir de la casa. Mostró también otro documento, emitido por la Dirección de Vivienda, en el que le daban un plazo de 72 horas para irse, sin tener en cuenta su situación y la de su hijo menor.
En los post, numerosos internautas mostraron su apoyo y solidaridad a la desesperada madre cubana y responsabilizaron al gobierno por la posición de vulnerabilidad en que pone a las familias con menos recursos. “Es una vergüenza que no tengas donde vivir y que tu niño no reciba la atención que merece”, “Son unos desalmados esos que quieren expulsarte, si la casa es de otra persona, deberían buscarte primero un lugar con condiciones y luego entregarla a los dueños, pero no sacarte así como si fuese todo tan fácil”, señalaron algunos usuarios.
La situación de la vivienda en la isla resulta crítica y afecta, de manera particular a la madres con hijos pequeños. En junio de este año, un grupo de nueve madres con niños, dos de ellas embarazadas, ocuparon una imprenta abandonada en Centro Habana y fueron amenazadas con un inminente desalojo por parte de las autoridades.
Las mujeres, “que viven en viviendas en muy malas condiciones”, ocuparon en la madrugada del 22 de junio un local en la calle Virtudes entre Oquendo y Márquez González, en el barrio de Cayo Hueso, porque este espacio les ofrece más seguridad que sus propios hogares, señaló al respecto el activista Adelth Bonne, a través de un tuit.
Mientras, en Cienfuegos, Yohisis Águila fue desalojada de un consultorio médico que ocupó junto a sus tres hijos pequeños. “Soy madre de tres niños, tomé la decisión de entrar en un consultorio por no tener dónde vivir con mis niños, que están enfermos. Hoy me quieren desalojar e imponerme una multa de 5,000 pesos. Pido el apoyo de todas las personas y hacer esto viral”, escribió Águila para denunciar el atropello en su contra y la falta de sensibilidad de las autoridades locales.
Asimismo, en mayo último la policía de Santa Clara sacó por la fuerza, de una vivienda vacía en el reparto Escambray, a Zujeily Fabá Reyes, madre de dos niñas pequeñas. La joven logró grabar el terrible incidente en un video.
“La gente que me estaba escribiendo me decía: no tengas miedo que no va a pasar nada, la policía no se va a meter en eso, ellos lo que intentan es asustarte para que salgas por tu propia voluntad. Habían casi doce personas entre agentes de la Policía, de la Seguridad del Estado y los Boinas Negras. Todo fue muy rápido, rompieron la puerta y se lanzaron hacia mí, no intentaron convencerme de nada, me cogieron por el brazo, me golpearon por la nuca y me tiraron al piso", contó.
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