El gobierno de Estados Unidos envió sus condolencias a las familias cubanas afectadas por el enorme incendio de la Base de Supertanqueros de Matanzas, que comenzó en horas de la tarde del viernes último.
“Estados Unidos envía nuestras profundas condolencias a todas las personas y familias afectadas por las explosiones y el incendio en la zona de tanques de petróleo en Matanzas, Cuba”, afirmó en un tuit la Embajada de ese país en La Habana.
La publicación ha sido comentada por numerosos internautas, muchos de los cuales piden ayuda a EE.UU. para intentar sofocar las llamas que ya consumen dos de los tanques de combustibles de esa instalación, ubicada en la zona industrial de la provincia, a solo un kilómetro de la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras y de la ciudad cabecera.
“En este momento el pueblo matancero necesita AYUDA URGENTE, EE.UU. por su cercanía, tecnología y experiencia en este tipo de situaciones puede brindar una inmensa ayuda a nuestro pueblo que evitaría más pérdidas de vidas humanas”, escribió un usuario de la plataforma de microblogging, en tanto otros dudaron que el gobierno de la isla acepte la ayuda de la nación norteamericana.
Hasta el momento el siniestro ha provocado considerables daños materiales y un total de 67 lesionados: “tres críticos, tres muy graves, 12 graves, 20 menos graves y 29 leves”, en su mayoría con quemaduras en diferentes partes de su anatomía.
Hace pocos minutos la prensa estatal confirmó la muerte de una persona, uno de los bomberos que se encontraba en el lugar de los hechos. El número de desaparecidos ascendía a 17, precisamente integrantes del Cuerpo de Bomberos que intentaban sofocar las llamas del primer tanque incendiado, cuando ocurrió la segunda explosión.
Las autoridades cubanas anunciaron además la suspensión de las operaciones portuarias en Matanzas y el traslado de buques hacia el Puerto de La Habana para su descarga y la solicitud de ayuda a “países amigos” con experiencia en el tema petrolero.
La intensidad del siniestro es tal que el humo llega a la capital cubana, afectando la calidad del aire por la expansión de los gases tóxicos que arrastra el viento. El meteorólogo cubano Elier Pila calculó que la nube de humo (penacho) podría tener una extensión de hasta 150 kilómetros, y se extiende además más allá de la capital.
El gobernante Miguel Díaz-Canel indicó que la prioridad es encontrar a los desaparecidos y ofrecer la atención necesaria a sus familiares. Las autoridades ordenaron además la evacuación masiva de los vecinos de la zona y el uso de mascarillas para evitar respirar los gases tóxicos que se desprenden del proceso de combustión.
Hasta el momento de publicación de esta nota el incendio sigue sin ser controlado y en total han explotado dos depósitos de combustible. Las llamas amenazan con extenderse a otros tanques.
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