Esther García, una anciana cubana de 86 años con serios problemas de salud que en poco más de 20 días arribó a EE.UU. cruzando fronteras desde Nicaragua para reunirse con su familia, no se arrepiente, aunque admite que el peligro de la travesía superó lo que había imaginado.
“Tengo una artrosis severa en la rodilla, cuatro quistes y un bastón”, explicó García al inicio de un conmovedor testimonio que ofreció a Telemundo 51, en el que explicó detalles de su viaje, trayecto que todavía le parece increíble a pesar de que han pasado ya dos meses de su dura travesía.
“Estuve por carreteras, entre montañas, entre precipicios. Mucho riesgo por donde quiera. Todos los días era un susto distinto, un nerviosismo...todos los días de Dios”, relata García, que aterrizó el 18 de mayo en Managua decidida a recorrer más de 2 mil millas hasta la frontera de EE.UU.
García acabó cruzando con éxito el río Bravo el 5 de junio gracias a la ayuda de personas que, sin conocerlas apenas, la ayudaron de forma desinteresada. La fe, el deseo de reunirse con su familia y la ayuda que recibió de muchas personas durante el camino le dieron las fuerzas necesarias.
“Le agradezco enormemente a todos los que me ayudaron. Incluso los que me ayudaron a cruzar el Río, yo no los conocía, sino que los vi un rato nada más. No sabía sus nombres no sabía nada, quisiera por aquí si me vieran, agradecerles”, explicó la anciana, que compartió con el citado medio testimonio gráfico de su viajes por países de Centroamérica.
Esther García inició su viaje con 85 años y tuvo la suerte de cumplir los 86 rodeada de su familia, tras ser liberada por la Patrulla Fronteriza.
“La embajada está abriendo ahora, pero yo no tengo tiempo de esperar ni cuatro ni seis años a que me llamen, a que me toque el turno. No tengo tiempo”, precisó la anciana en referencia a la reapertura de visados de reunificación familiar para ascendientes.
Ahora su prioridad es regularizar su situación migratoria en cuanto pueda y dedicarse a disfrutar plenamente de sus tres hijos, cuatro nietos y cuatro bisnietos.
A inicios de junio, el portal digital Cubanos por el Mundo se hizo eco del momento en que García fue recibida por parte de su familia en el aeropuerto.
En meses recientes se han reportado varios casos de ancianos cubanos que, a pesar de su avanzada edad, han por optado correr los riesgos que representa emprender la ruta desde Nicaragua hasta la frontera estadounidense.
En mayo, otra abuela cubana de 82 años cruzó el río Bravo junto a su nieto y dejó claro que no hay límites para emigrar cuando se atraviesa una situación desesperada como la que se vive en la isla.
Unos días después, Esber Rodríguez, un holguinero de 83 años, cruzó también la frontera de México a Estados Unidos junto a su hijo tras completar en su caso una travesía por seis países.
El arribo de cubanos por la frontera terrestre sur de Estados Unidos se mantiene en cifras muy elevadas en los últimos meses. A mediados de julio trascendió que 157,339 cubanos llegaron a EE.UU. durante los primeros nueve meses del año fiscal 2022.
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