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El gobierno cubano solicitó oficialmente ayuda a Estados Unidos para acometer las tareas de rehabilitación de la zona industrial de Matanzas, devastada y contaminada tras el incendio de grandes proporciones en la Base de Supertanqueros a comienzos de este mes.
En una reunión virtual celebrada este miércoles, las autoridades cubanas pidieron a su contraparte una valoración sobre las acciones ya realizadas y pidieron acceso “a las técnicas y procederes más novedosos” para la gestión de la catástrofe, según un comunicado gubernamental.
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Celebrada en el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), la reunión sirvió para que especialistas de ambos países intercambiaran experiencias en tareas de saneamiento y rehabilitación ambiental relacionadas con el siniestro en Matanzas.
La contraparte estadounidense estuvo compuesta por especialistas de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA). Por su parte, la delegación cubana, integrada por especialistas del CITMA, el Ministerio de Energía y Minas y del Instituto de Recurso Hidráulicos.
La administración de Joe Biden había insistido previamente en que para proceder con cualquier ayuda ante el desastre ocurido, el gobierno cubano debía hacer una solicitud formal. Washington no se ha referido aún sobre la reunión realizada esta semana.
La nota conjunta de CITMA y el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), publicada este viernes, indica que Cuba cuenta con una experiencia limitada en la gestión de este tipo de eventos y calificó el incendio de la zona industrial de Matanzas como “un hecho sin precedentes”.
Ante la magnitud del desastre, las autoridades cubanas solicitaron ayuda a la EPA para abordar el saneamiento y la rehabilitación ambiental de las zonas y entornos afectados. Asimismo, pidieron la cooperación de “las empresas vinculadas al sector petrolero y otras agencias involucradas en estos tipos de accidentes”.
Según la cancillería cubana, el encuentro transcurrió “en un ambiente profesional y de provechoso intercambio”.
Transcurrida la primera semana del incendio y cuando este todavía se encontraba fuera de control, la administración de Joe Biden dijo que el gobierno de Cuba no había realizado una petición formal de ayuda a Estados Unidos para la extinción de las llamas.
"Hemos tenido conversaciones generales con el gobierno de Cuba sobre este trágico desastre. Sin embargo, el gobierno de Cuba no ha solicitado formalmente la asistencia del gobierno de Estados Unidos", señaló un alto funcionario del Departamento de Estado en declaraciones a CiberCuba.
El funcionario explicó que Washington seguía de cerca la situación incluyendo las necesidades humanitarias que pudieran surgir, a la vez que había ofrecido orientación técnica al Estado cubano.
"Expertos estadounidenses en extinción de incendios, con experiencia en el manejo de instalaciones de almacenamiento de petróleo, han hablado con funcionarios cubanos para ofrecer asesoramiento técnico", dijo el funcionario estadounidense.
El Departamento de Estado recordó que el embargo incluye una autorización general para transacciones relacionadas con proyectos humanitarios en o relacionados con Cuba, y cubre acciones de preparación, socorro y respuesta ante desastres.
La declaración del gobierno estadounidense se producía luego de intercambios entre ambas partes en relación con las posibilidades de asistencia.
"El gobierno de Estados Unidos ofreció condolencias desde el sábado 6 agosto al mediodía por vía Departamento de Estado, lo que agradecimos directa y públicamente. Ofreció asesoría técnica, la que también agradecimos y aceptamos. Hay comunicación frecuente entre ambos gobiernos. Sobran las especulaciones", reconocía por su parte el viceministro del MINREX, Carlos Fernández de Cossío.
"Ya se trazan estrategias para la recuperación", declaró el gobernante Miguel Díaz-Canel apenas transcurridas 24 horas desde que se declarara el incendio, que la versión oficial cubana atribuyó a la caída de un rayo que impactó en uno de los depósitos y desató la deflagración.
“Se solicitó ayuda y asesoramiento a países amigos, con experiencias en el tema petrolero”, indicó la cuenta de Twitter de Presidencia. Grupos de especialistas de Venezuela y México arribaban poco después a Cuba para colaborar en la extinción de un incendio que motivó un nuevo episodio de propaganda del régimen cubano mientras dejaba un saldo de 16 víctimas mortales y más de un centenar de heridos.
“Todo indica que lo ocurrido en la etapa del incendio no parece que haya comprometido algún aspecto de cara al futuro”, afirmó el domingo pasado el delegado del CITMA, Oscar García Martínez a medios oficialistas.
El directivo añadió que “durante los días que duró el fuego, establecimos un sistema de trabajo que permitió dar seguimiento a los principales gases contaminantes. La fuerte actividad convectiva en el incendio hacía que esa columna de humo se elevara, pero los niveles de contaminantes medidos fueron bajos, no comprometen la salud humana”.
De acuerdo con ese organismo, los daños principales están en el suelo y actualmente se elaboran estrategias de biorremediación, y para la deposición de los desechos peligrosos que se derivan de las acciones de recuperación de la zona.
"Hasta el momento no se han detectado daños a la flora y la fauna de la localidad ni en áreas próximas, como tampoco a los ecosistemas y áreas protegidas cercanas", aseguraron expertos del CITMA, indicando que de momento no existen evidencias de afectaciones a la sanidad animal y vegetal.
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