El presidente Joe Biden renovó por un año más el embargo al régimen cubano, un trámite formal asumido por todas las administraciones estadounidenses durante 60 años, desde John Fitzgerald Kennedy hasta la actualidad.
En un memorando enviado este viernes al Secretario de Estado, Antony Blinken, y a la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, Biden dio instrucciones de prorrogar hasta el 14 de septiembre de 2023 la normativa que sustenta el embargo comercial, económico y financiero contra el régimen cubano, amparándose en la Ley de Comercio con el Enemigo.
“Por la presente determino que la continuación del ejercicio de esas autoridades con respecto a Cuba durante un 1 año es de interés nacional de Estados Unidos”, indicó un memorando firmado por el Presidente.
La medida tiene efecto para las regulaciones de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro. La normativa es una rutina asumida por administraciones republicanas y demócratas desde que el embargo fue implementado en su totalidad en febrero de 1962.
“Al extender la aplicación de la ‘Ley de comercio con el enemigo’, Biden se convierte en el 12° presidente de EEUU en ratificar el marco que sostiene la política de abuso contra Cuba y su pueblo, que es rechazada por casi todos los países miembros de la comunidad internacional”, respondió la cancillería cubana vía Twitter.
En su respuesta, el canciller Bruno Rodríguez compartió una imagen con el resultado de la última votación en Naciones Unidas, en la que 184 países se opusieron a la medida y tres se abstuvieron, mientras era apoyada solo por Estados Unidos e Israel.
El embargo contra el régimen de Fidel Castro fue impuesto de manera parcial por Washington en octubre de 1960 en respuesta a la nacionalización y la expropiación sin indemnización de las compañías estadounidenses en Cuba, pero fue aplicado en su alcance total a partir de febrero de 1962.
Mientras las administraciones de Jimmy Carter (1977-1981) y Bill Clinton (1993-2001) favorecieron medidas flexibilizadoras del embargo, no fue hasta la presidencia de Barack Obama que el paquete de regulaciones sobre Cuba más se vio más erosionado al flexibilizar hasta niveles inéditos las sanciones comerciales, financieras y turísticas contra la isla, llegando incluso a pedir al Congreso que levantara el embargo durante una sesión plenaria en la Asamblea General de octubre de 2016.
En 1996, las disposiciones del embargo fueron codificadas a través de la Ley Helms-Burton, lo que significa que el Congreso no puede levantar las sanciones a Cuba mientras que el país no tenga un gobierno democráticamente electo y se respeten las libertades políticas.
La renovación de Biden se corresponde con la política prometida durante su campaña presidencial de mantener el embargo en su lugar mientras Cuba no produjera cambios democráticos y respetara los derechos humanos.
A mediados de mayo, la administración Biden anunció un cambio significativo en su política hacia Cuba permitiendo la restauración de los vuelos comerciales a las provincias cubanas y la reanudación del Programa de Reunificación Familiar, además de la suspensión del límite de $1,000 dólares para el envío de remesas familiares a la isla.
La decisión anunciada por altos funcionarios de la Casa Blanca y el Departamento de Estado revirtió parte de las sanciones implementadas por el presidente Donald Trump contra el régimen cubano y marcó un paso significativo de Joe Biden hacia el cumplimiento de sus promesas de campaña electoral.
“La política de la administración Biden hacia Cuba sigue centrándose en primer lugar en el apoyo al pueblo cubano, incluyendo sus derechos humanos y su bienestar político y económico”, dijo en su momento un funcionario estadounidense que afirmó que las medidas tomadas contribuirían a “apoyar aún más al pueblo cubano, proporcionándole herramientas adicionales para procurarse una vida libre de la opresión del gobierno cubano y para buscar mayores oportunidades económicas".
La decisión respondió a las recomendaciones hechas tras una revisión de la política de Estados Unidos hacia Cuba, que comenzó tras la llegada de Biden a la Casa Blanca y luego se reformuló cautelosamente al producirse las históricas protestas del 11J y la represión desatada por el régimen cubano.
Días después de anunciado el giro en la política hacia Cuba de la administración demócrata, el periodista cubano Carlos Alberto Montaner pronosticaba "que dentro de 18 meses se reunirán otra vez Biden y Juan S. González a examinar los resultados del cambio de estrategia. Será el momento del recuento. Nada habrá ocurrido. Continuarán paralizados. Habrá, claro, más sanciones. Más hostilidad. Y vuelta a empezar".
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