La mocha hotelera sigue haciendo zafra en La Habana, donde acaba de desmantelar los restos del cine Payret, que merecía mejor destino atendiendo a su antigüedad, 21 de enero de 1877, popularidad y su condición de símbolo de la cultura cubana.
El modus operandi es el habitual de la casta verde oliva y enguayaberada, empeñada en borrar con maldad hitos que viven en el alma de los cubanos, por mucho que se empeñen en contar maravillas que solo existen en sus huecas cabezas.
Los grandes cines y teatros están extinción en buena parte del mundo, debido al aluvión de soportes audiovisuales digitales y los hábitos de nuevos clientes, pero a nadie se le ocurre convertir el neoyorquino circuito de teatros Broadway, el parisino Ópera Garnier o el moscovita Bolshoi en camas de paso para turistas, que tampoco hay en Cuba.
Tampoco vale la excusa de preservación de fachada y otros elementos arquitectónicos, porque lo nuevo abarca la también desaparecida sala Kid Chocolate, levantada para los Panamericanos de 1991 sobre las ruinas de un edificio multifamiliar cuyo derrumbe mató e hirió a varios habaneros.
La táctica de la dictadura más antigua de Occidente consiste en matar y salar, de salación criolla, todo aquello que atestigüe el esplendor de la Cuba que negaron y destruyeron a fuerza de mentiras y mandarrias; incluidos programas educativos para producir analfabetos funcionales a granel.
Los ñames con corbata de la "Ñico López" y otros engendros totalitarios necesitan de gobernados ignorantes de la historia y la sociedad cubanas anteriores a 1959; imponiendo el regalo de notas y la promoción de cretinos en las universidades.
Ser inculto es la mejor manera de ser esclavo, pese a que el Apóstol dijo lo contrario, aclarando que -antes de ser cultos- debemos ser prósperos y buenos; antónimos de la banda de Peter Pan Díaz-Canel, los nuevos ricos sobre la inclemente pobreza de Cuba, mientras Raúl Castro mantiene un pie en el estribo y el nasobuco, para no morir de la fetidez que, en su condición de subborrador en jefe, ayudó a imponer.
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