Las hermanas Angélica y María Cristina Garrido, presas del 11J, depusieron la huelga de hambre que sostenían hace 5 días, pero continúan plantadas.
Ángelica, quien permanece recluida en la prisión habanera de mujeres del Guatao, se niega a vestir el uniforme de los reos comunes y a consumir el alimento proporcionado por el penal.
“Me dejaron verla. Ella está muy debilitada. Casi no se puede sostener por cinco días de inanición. Yo le llevé una sopita y se la tomó, pero afirma que no va a aceptar ningún tipo de alimento de la cárcel, solamente lo que le lleve su familia. Realmente, no era huelga de hambre lo que hacía, está plantada, es decir: rechazo a la comida del penal, no colchón, no uniforme de reclusa común, no convivir en destacamentos con internos que cometieron delitos”, aclaró su esposo, Luis Rodríguez Pérez, en declaraciones recogidas por Radio Televisión Martí.
Por su parte, su hermana María Cristina también depuso la huelga y permanece ingresada en el Hospital Nacional.
“Cedieron en la prisión a que yo pudiera pasarle los alimentos. Lo mismo hicieron con María Cristina, mandaron a la hija a verla. Está en el Hospital Nacional, parece que para separarlas. No tiene ninguna afección fuera de la debilidad. También tomó un poco de caldo que le llevó su hija. En el caso de Lisandra Góngora, no sé”, precisó Rodríguez Pérez.
El pasado martes, las hermanas Garrido y Lisandra Góngora, sentenciadas entre tres y 14 años de cárcel por su participación en las históricas protestas del 11J, se declararon “plantadas” para exigir su liberación inmediata.
Así lo dieron a conocer las tres prisioneras políticas en una carta llegada a la redacción de CiberCuba.
“Anunciamos a Cuba y al mundo que las presas políticas María Cristina Garrido, Lisandra Góngora y Angélica Garrido, injustamente encarceladas, nos negamos a usar el uniforme y estaremos en huelga de hambre”, se lee en el manuscrito firmado por las manifestantes del 11J.
“Exigimos nuestra libertad y, si de nuestra decisión dependiera, nuestra vida, debido a la mala salud que las tres presentamos. Toda la justicia caerá sobre nuestros opresores. La biblia será nuestra almohada y nuestro amparo. Un saludo de resistencia desde esta sombra fría. ¡Viva Cristo rey! ¡Patria y vida!”, concluye la misiva fechada en septiembre de 2022.
Sobre la no ingestión de alimentos, Rodríguez Pérez explicó a Radio Televisión Martí que “se convirtió en huelga de hambre porque, al ponerla en celda de castigo, allí no le permiten la comida que le lleva su familia, nada más que la del comedor de la prisión, y como ella está rechazándola, pues, estaba en inanición voluntaria”.
Agrego que, en el caso de su esposa, la Jefa de la prisión le dijo que “la van a llevar para una celda de aislamiento, como ella desea, y le van a entregar su jaba de alimentos que le llevé hace dos semanas, así tendrá sus galleticas, leche en polvo, azúcar”.
María Cristina y Angélica fueron detenidas violentamente el 12 de julio en la ciudad de Quivicán, en Mayabeque, por ser consideradas líderes de la protesta del 11J en la zona, acusación que han negado partiendo de que las manifestaciones se sucedieron espontáneamente a lo largo del territorio nacional.
Acusadas de desorden público, resistencia, propagación de epidemia y atentado, en un juicio sin garantías procesales ni observancia al debido proceso -de acuerdo con denuncias de ONG de derechos humanos- fueron sentenciadas en marzo pasado a siete y tres años de cárcel, respectivamente.
Durante este tiempo, las hermanas Garrido han sido confinadas a celdas de castigo, recibido golpizas, interrogatorios y amenazas, según reiteradas denuncias de su familia y de las presas. A consecuencia del estrés, Angelica sufrió una parálisis facial de la que aún se recupera.
Tanto María Cristina (41 años) como su hermana Angélica (39 años) son madres de tres y dos niños, respectivamente, que ahora se encuentran al cuidado de familiares. Recientemente tuvieron que enfrentar la muerte de su anciano padre.
La activista Lizandra Góngora fue acusada de desórdenes públicos, sabotaje, robo con fuerza y sentenciada a 14 años de cárcel por su participación en las protestas del 11 de julio. Góngora salió a manifestarse en Güira de Melena y se encuentra detenida desde esa fecha.
Madre de cinco hijos, estuvo en desaparición forzada poco después de su arresto y ha recibido vejaciones y maltratos en prisión, al igual que las Garrido.
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