La policía ucraniana anunció este martes el descubrimiento de una "cámara de tortura" en la ciudad de Pisky-Radkivski, anteriormente ocupada por Rusia, en la región oriental de Járkiv.
Aunque la policía encontró un contenedor lleno de dientes de oro, Serhiy Bolvinov, jefe del departamento de investigación de la Policía Nacional en la región de Járkiv comentó que los investigadores y los fiscales están trabajando para establecer todos los hechos que tuvieron lugar en esta cámara de tortura.
“Después de la liberación de la aldea de Piski-Radkivsky, los residentes locales se dirigieron a la policía (para informarles) que en el sótano de una de las casas retenidas, (habían cautivos) residentes locales, oficiales de la ATO (Operación Antiterrorista) y prisioneros de las Fuerzas Armadas (de Ucrania)”, argumentó Bolvinov en su perfil de Facebook.
Además, Bolvinov citó declaraciones de residentes locales que escucharon gritos constantes desde el edificio, donde además encontró un dildo, rollos de cables y una máscara antigás con un trapo, que el jefe de la policía local relaciona con técnicas de tortura donde también entierran vivas a las personas.
“La justicia encontrará a todos culpables”, aseguró Bolvinov.
Mientras el presidente ruso, Vladimir Putin asegura “evitar un genocidio” en Ucrania, una comisión de expertos enviada por la ONU sí encontró pruebas de crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania.
"Con base en la evidencia recopilada por la comisión, se ha concluido que en Ucrania se han cometido crímenes de guerra", anunció el pasado 23 de septiembre Erik Mose, presidente de la Comisión de Investigación sobre Ucrania, enviada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Los expertos visitaron fosas comunes y centros de detención y tortura en 27 pueblos de las regiones de Kyiv, Cherníhiv, Járkiv y Sumy; donde entrevistaron a más de 150 víctimas y testigos, así como a grupos de activistas locales y funcionarios gubernamentales.
Las imágenes y videos subidos por Bolniov a su perfil junto con la denuncia recuerdan algunas escenas encontradas por los ejércitos aliados después de ocupar Auschwitz, uno de los campos de reconcentración nazi más siniestros de la II Guerra Mundial, en especial la que muestra dentaduras de oro y restos óseos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha asegurado que el gobierno de Ucrania es “abiertamente neonazi”, “pronazi” y está controlado por “pequeños nazis”.
La calificación de pronazi hacia el gobierno ucraniano, reiterada por los medios oficialistas rusos desde el inicio de la guerra, resulta especialmente desconcertante por cuanto el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, es judío y en octubre de 2021 firmó una ley para combatir el antisemitismo.
En una carta abierta tras la invasión de Putin a Ucrania, varios académicos del genocidio y el nazismo de todo el mundo consideraron que “tal retórica es objetivamente errada, moralmente repugnante y muy insultante”.
Aunque los académicos de la carta reconocieron la existencia de extremistas de derecha y grupos ucranianos xenófobos violentos, como en cualquier otro país, “nada de esto justifica la agresión rusa y la grosera caracterización errónea de Ucrania”, especificaron.
Las reglas de la guerra moderna están contenidas en una serie de leyes y acuerdos internacionales entre los que destacan los llamados Convenios de Ginebra.
Mientras el genocidio se considera un “crimen contra la humanidad” por asesinar de forma deliberada a personas de un determinado grupo nacional, étnico, racial o religioso, con la intención de destruirlo total o parcialmente; los crímenes de guerra se identifican en ataques deliberados contra civiles o a la infraestructura vital para su supervivencia.
También se considera como crimen de guerra el uso de ciertas armas por el sufrimiento indiscriminado o atroz que causan, como minas terrestres antipersonales y las armas químicas o biológicas.
Se considera una obligación de los partes durante una guerra la atención de enfermos y heridos, incluidos los soldados, a quienes se les deben reconocer derechos como prisioneros de guerra.
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