El gobierno de Camagüey elabora caldosas colectivas en distintos puntos de esa ciudad con el objetivo de “evitar males mayores” ante los apagones que han incrementado el malestar colectivo y desatado protestas a lo largo de la Isla.
Según un reporte del telecentro local TV Camagüey, vecinos de esa ciudad ven la iniciativa con buenos ojos pues “la elaboración de alimentos se dificulta” en medio de la crisis energética que atraviesa la Isla, y para la que el gobierno no encuentra soluciones.
La elaboración de las caldosas se realiza a nivel de circunscripciones con el apoyo de organizaciones y entidades estatales, refiere el reporte.
Elsy Tamayo López, delegada de la circunscripción 95 del reparto Julio A. Mella de esa cabecera provincial, explica que se trata, en el contexto de la “situación electroenergética”, de “brindarle alimentos a la población”, “aliviarla” cuando llega del trabajo y se “encuentran el producto ya elaborado”.
La funcionaria califica la iniciativa como “un alivio total”, asegura que las porciones de caldosa se venden a precios módicos, y espera que se extienda a otros municipios de Camagüey.
En medio de la crisis estructural que padece la sociedad cubana, las autoridades buscan, de manera desesperada, formas de aplacar el malestar colectivo que ha desencadenado protestas antigubernamentales en diferentes puntos de la isla en los últimos meses.
Entre las manifestaciones más sonadas se encuentran, por ejemplo, las que ocurrieron, a finales del verano, durante varios días en el municipio camagüeyano de Nuevitas, que fueron brutalmente reprimidas por el gobierno.
Hace unos días trascendió, en este sentido, que una brigada artística del Ministerio del Interior (MININT) fue enviada a entretener a los vecinos de una zona de Camagüey en medio de un apagón.
Según informó el gobierno provincial en su muro de Facebook -publicación que fue eliminada luego, ante las críticas y las burlas de los internautas- ante la situación electroenergética, las iniciativas culturales “hicieron alegrar a los cederistas” del edificio 12 plantas de la Avenida Finlay hasta casi las 11:00 de la noche.
“Nada impide la alegría de hombres y mujeres que junto a la Brigada Artística del MININT disfrutan de una noche espectacular”, se leía en el post.
Las fotos mostraban a un público formado por una treintena de personas, entre las que predominaban las mujeres y los niños. Algunos cantaban y aplaudían, mientras otros permanecían sentados en un muro y solo observaban.
Con estas “iniciativas” los funcionarios intentan, además, limpiar su mala imagen antes las críticas por el mal manejo de la crisis y la falta de gestión, que han llegado incluso a la prensa oficial.
Hace una semana, el diario oficialista Venceremos, de la provincia de Guantánamo, lanzó fuertes críticas al régimen por lo que consideró un mal manejo de la crisis generada en todo el país por el apagón masivo del pasado 27 de septiembre.
“Nos faltó la electricidad, básicamente, y todo cuanto implica: Pero no fue lo único. Faltó, para decirlo en pocas palabras, acompañamiento, alternativas concretas, información oportuna por todos los medios a la mano, los nuevos, los sofisticados y los de siempre”, dijo el rotativo, en una crítica inusual de la prensa cubana.
Asimismo, a pesar del intento del régimen de mostrar una imagen de tranquilidad y hasta de alegría en la población, y de este intento de lavado de imagen, en los últimos días se han incrementado las manifestaciones de descontento en Cuba.
El pasado sábado, decenas de residentes de Las Tunas, en el oriente cubano, salieron a protestar a ritmo de conga en contra de los apagones y el gobierno.
El sonido de la percusión metálica y los tambores, mezclados con los gritos de los ciudadanos que se movilizaron, se convirtieron en un suceso mediático. Algunos a pie y otros encima de vehículos, mostraron su poder de convocatoria frente el gobierno.
El miércoles, por su parte, se reportaron manifestaciones pacíficas en diferentes localidades del oriente, centro y occidente de Cuba, como Altamira, en Santiago de Cuba; el reparto Velasco, en Holguín; o el Callejón de los Perros, de Santa Marta, en Matanzas.
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