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Hace mucho tiempo aspiro a poder entrevistar a varios deportistas cubanos a los que siempre he admirado, pero las cosas no son como una quiere sino cuando se puede.
Gracias a la invaluable ayuda del intermedista vueltabajero Yobal Dueñas contacté con una de esas figuras icónicas del deporte cubano a las que tanto he perseguido en sueños: el lanzador pinareño José Ariel Contreras.
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El placer es todo mío. Nada más que Yobal me dijo que estabas interesada en dialogar conmigo, te llamé. Leo CiberCuba, te sigo en ese medio digital y me enorgullece contestar tus preguntas como siempre lo hice cuando estaba en Cuba. Te admiro como persona y profesional, siempre defendiéndonos.
En efecto, el espigado diestro nunca negó una opinión, siempre fue cortés, humilde. No olvido la entrevista que le hice tras ganarle a Japón la semi final en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 pues ese día había nacido una de sus niñas y celebraba el cumpleaños de la mayor al día siguiente.
Tienes muy buena memoria… Ese día, 20 de septiembre, vino al mundo mi hija Nailenys y el 21 era el cumple de mi otra niña, Nayla. Ya son mujeres, tengo tres nietos, ya estoy viejito. Jajajaja. Las dos tienen una buena vida en Tampa, Florida. Son felices, están realizadas ¿acaso eso es un pecado?
Es un derecho de los seres humanos elegir lo que se quiere hacer. Si las aves migran ¡cómo las personas que piensan, que tienen corteza cerebral no van a poder determinar su futuro! Nosotros los cubanos llevamos sobre nuestros hombros esa cruz de “la no elección”. Nos la impusieron hace más de 60 años.
Mira Julita, yo no hablo de política pero ahora necesito expresar mi sentir, después de los últimos acontecimientos, esa limitación o mejor, anulación de derechos que existe en Cuba; cómo se reprime, se asfixia.
He visto imágenes de supuestos “defensores de la Revolución” esgrimiendo bates (que no alcanzan para practicar béisbol) en contra de manifestantes, muchachos del Servicio Militar cayéndole encima a la gente que protestaba porque, sencillamente, no puede más. Creo que debo exponer mi criterio abiertamente.
Te voy a decir algo: es verdad que yo me fui con la mirada puesta en la MLB, poder enseñar mi calidad en el mejor béisbol del mundo pero ese no fue mi primer motivo… ¡No!
Yo quería lograr una mejoría para mi extensa familia de más de 500 integrantes en Las Martinas, que vivieran como personas: mis padres, que aún no sé cómo nos alimentaban a mis ocho hermanos y a mí que soy el más pequeño; mis vecinos, mis amigos.
Te reitero, si las aves migran ¿por qué el pueblo cubano no puede? Es el abuso, el atropello de una familia que se ha apoderado de un país. No hay otra forma de decirlo. Es un negocio muy bueno para ellos pero no para 11 millones.
Te reitero, si las aves migran ¿por qué el pueblo cubano no puede? Es el abuso, el atropello de una familia que se ha apoderado de un país. No hay otra forma de decirlo. Es un negocio muy bueno para ellos pero no para 11 millone
Nada más que hay que mirar el fenómeno que sucede ahora, cuando cientos de miles de cubanos, por cualquier vía, se lanzan a la aventura por una vida mejor. Cuba se desangra, pierde lo mejor de su juventud y siguen afirmando que su sistema social es válido.
En 2002 tomas la decisión que cambió tu destino ¿algo en particular te motivó a hacerlo o fue, simplemente, una sumatoria de acontecimientos?
Te digo y tú decides ¿cómo se puede entender que a un deportista que se destacara en Pinar, de cualquier disciplina, le dieran un apartamento en el Calero (barrio de la ciudad de Pinar del Río) y a mí no?
Yo llevaba años siendo el mejor pitcher del país o estando entre los grandes y tenía que seguir en Las Martinas, que un poco más y te bañas en las aguas del Cabo de San Antonio, con todo lo que implica esa lejanía además del atraso que presuponía vivir entre tanta miseria.
Así, te puedo describir otros sucesos pero la tapa al pomo la puso la negativa del entonces presidente del INDER Humberto Rodríguez para que se hicieran cargo del mantenimiento de mi carro. Con su cara muy fresca me dijo: “déjalo en la Peugeot y vete en botella para Pinar”.
Le dije: “ok, pero que me lleven en tu carro” a lo que respondió que era imposible porque tenía que trabajar con él. Lo miré de arriba abajo y mis palabras fueron: “jamás me verás más por aquí”. Me retiré de su despacho, fui al banco y extraje el dinerito que tenía ahorrado de la venta de los tabacos, tú sabes porque todos lo hacíamos, le di mantenimiento al auto y supe que ese viaje a Pinar iba a ser el último.
Y como verás que todo lo que sucede conviene, gracias a Dios nunca me dieron la casa ni me ayudaron con el auto; si no, ahora fuera un entrenador más en la EIDE vueltabajera.
Para ti, conociéndote como te conozco, debe haber sido muy difícil tomar la decisión de buscar otros horizontes.
No puedes imaginar. Yo soy un hombre de familia que recibió una educación de amor, de honestidad. Dejar detrás a mis padres, ya papá muy viejito; mi esposa, mis niñas, la pequeñita con solo dos años.
Dejar detrás a mis fanáticos, los que tanto me apoyaban y bendecían, los que tanto me animaban y respetaban. Me aterraba pensar que ese amor de mis seguidores se iba a convertir en odio y ¿sabes qué? ¡fue todo lo contrario! La gente le decía a mi familia que tenía que haberlo hecho antes. Puedo afirmarte que la gente me respetó y quiso mucho más, incluyo aquellos que no eran pinareños sino cubanos.
Tras 10 Series Nacionales (117 victorias, 1346 ponches y 2,82 promedio de limpias) un título y un subtítulo olímpicos además de 11 temporadas en la MLB en las que conquistó una Serie Mundial, el gigante de las Martinas se retira del béisbol activo. ¿Qué haces ahora?
Desde hace seis años trabajo con la organización de los Chicago White Sox; específicamente soy el asistente especial del gerente general. Amo lo que hago, agradezco día a día a los Chicago por darme la oportunidad de continuar en el béisbol, seguir activo, máxime con la cantidad de peloteros cubanos que hay. Me acaba de llegar la renovación de mi contrato. Me siento muy feliz al poder ayudar a los que llegan, a las nuevas generaciones.
Y también eres feliz familiarmente.
Pues sí. Mis tres hijos de mi primer matrimonio, Nayla, Naylenis y Tito (José Florentino) viven en Tampa así como mis tres nietos. Me volví a casar en 2008 con una maravillosa mujer brasileña María Isabel Silva, con la que tuve al menor de mis hijos, Joseph, que como viene, va a ser otro José Ariel Contreras, sino mejor. Con solo 14 años mide 6 pies, batea a las dos manos, lanza alrededor de 80 millas, juega short stop y center field.
Es un apasionado de la pelota. Pero, más allá de llegar o no a ser buen pelotero, nosotros nos ocupamos de que sea buena persona, un hombre justo; enseñarle el honor, los principios que mis padres me inculcaron a mí. Hacer con él lo que hice con sus hermanos mayores y con mis preciosos nietos, cuando el tiempo que me roba el trabajo, me permite. Que interiorice que es un compromiso con la familia, con la sociedad, con él mismo.
No puedo dejar de hablar de los dos hijos de mi señora, Leny y Kevin, que me tratan como un padre porque yo los ayudé a criar y son dos más que adoro como a los míos ¡es que son míos!
¿Qué recuerdos guardas de tus visitas a Las Martinas?
Realmente fue una luz que cegaba ver a toda aquella gente agrupándose a mi alrededor, preguntándome sobre mi vida, deseándome toda la dicha del mundo, orgullosos de mí.
En relación con eso, sabes que Las Martinas es un pueblo de campo, olvidado, muy humilde y yo, en mis posibilidades, trato de ayudar a la familia, amigos, vecinos. De eso se trata la vida: dar una mano sin importar a quién. Ayudar al prójimo es esencial.
En varias ocasiones tú has tratado de ayudar a los peloteros cubanos que juegan en la SNB; por ejemplo, en el primer Clásico Mundial.
Ni me lo recuerdes. En 2006, yo tenía un contrato con Nike que se extendió por 11 años y envié guantes, bates, tenis, spikes para los muchachos del CUBA y todo fue rechazado porque “ellos no aceptaban nada de un traidor”.
Sin embargo, David Ortiz (el inmenso Big Papi), Alfonso Soriano y Albert Pujol, mis amigos y hermanos, llevaron artículos similares y fueron recibidos con los brazos abiertos. Yo me alegré mucho, pero me dije y ¿por qué de mí no? Era para mi gente, para cubanos como yo.
Te puedo asegurar que muchos de los peloteros que están aquí quieren ayudar, pero no pueden. Hay que buscar una forma no directa de hacer llegar los implementos que son tan necesarios para la práctica del béisbol.
Por eso decidí no ir más a Cuba. Se lo dije a mi familia. Duele. Cuando fui a enterrar a mi hermana va a hacer dos años en diciembre, me faltaba un documento. La pudimos incinerar porque estaba la COVID y al regresar al aeropuerto, José Ariel Contreras conducido a la unidad de policía por el dichoso papel.
Yo les dije que había ido por la muerte de mi hermana y que anteriormente jamás había ido a un cabaret, a un club, a bailar. Lo mío era mi familia, mis vecinos, mis amigos. Y les pregunté ¿por qué me hacen esto? Ahí decidí que jamás regresaría mientras ellos desgobiernen el país como les place. Y créeme como yo hay muchos ¡es increíble!
A pesar de los pesares, Pedro Luis Lazo y tú han mantenido una amistad, una hermandad a prueba de balas.
Así mismo es. Yo le respeto su decisión de vivir y trabajar en Cuba, pero sin ser hermanos de sangre lo somos de alma, de espíritu, de trabajo, de discusiones. Sus hijos son mis sobrinos, los míos de él. Él hubiera sido un pitcher ganador en Grandes Ligas, le sobraba calidad.
¿Sabes? Cuando lanzó en el Primer Clásico, el gerente de los White Sox me dijo que si se quedaba lo firmaba por 21 millones de dólares por tres años. Nunca quiso. Sin embargo, te hago otra anécdota. En una ocasión, una de las niñas de Lazo enfermó y yo le dije a la madre de mis hijos mayores que le prestara el carro. Por el solo hecho de manejar mi auto llevando a la hija al hospital, buscar las medicinas por diferentes farmacias de Pinar, Pedro Luis Lazo fue sancionado ¡¡¡dime!!!
Otra inconsecuencia más. ¿Cuántas veces el Rascacielos no se vio involucrado en broncas, protestas, pelotazos y siempre recibía una benevolente amonestación sin mayor trascendencia? ¡Ah! Pero por montar el carro del “traidor” Contreras sí la recibió.
Yo me alegro de todo lo bueno que le pase. Ahora estuvo en la selección nacional, estuvo trabajando en Camagüey, le va bien. Es un hombre de béisbol como yo. Al principio yo no hablaba con él porque no quería perjudicarlo pero un día me llamó y me dijo que éramos hermanos, independientemente de lo que cada uno pensara. Lloré de emoción.
¿Tu más importante triunfo, ése que nunca olvidarás?
Ser campeón olímpico en Atlanta 96, porque lamentablemente en Sydney perdimos la final, era mi máxima alegría pero, te confieso, que ganar el anillo con los Chicago White Sox es lo mejor que me ha pasado en mi vida.
Ese anillo se lo ganamos a los Astros de Houston en 2005. Fue la última ocasión que Houston jugó en la Liga Nacional. Yo tuve el honor de abrir los primeros partidos en todos los plays off; me dicen que es único mi caso en la MLB. Primero fue contra Boston que era el campeón y lo barrimos. En ese juego trabajé ocho entradas.
Después le ganamos a los Angelinos en cinco salidas. En el primero yo estuve en el box 8 y 1/3 innings y perdimos 3 a 2 por dos errores del tercera base, Joe Crede, sobre el que te diré era buenísimo, comparable con Omar Linares.
Los juegos 2, 3 y 4 fueron victorias para el Chicago tras enormes trabajos monticulares del zurdo Mark Buehrle y los diestros Jon Garland y Freddy García. En la rotación me tocaba abrir el quinto desafío.
El Duque Hernández me provocaba para que yo saliera a la lomita a lanzar el juego completo (ahora eso no se hace pues se han especializados los pitchers y trabajan por entradas determinadas, según abridores y varios tipos de relevistas). Ozzie Guillén, el manager, le pedía que me dejara tranquilo.
Con empate a 2, en el inning 5 se suspendió por una hora el juego por lluvia y Ozzie me anuncia que me sustituía. Yo le dije que no me hiciera eso y me llevó al bullpen a comprobar mi velocidad y resulta que estaba más duro que cuando abrí.
El manager me hizo una advertencia: “si se te embasa uno por error, pasbol, desbol, base por bola… ¡te vas!”
Yo sé lo que pasó… De 1, 2 y 3 caminó aquello.
Julita, no se me embasó nadie en cinco entradas… ¡15 outs consecutivos y ganamos el play off! Resulta que en la otra semifinal, Houston y San Luis llegaron a un séptimo juego, pude hacer el descanso reglamentario y nuevamente me tocó abrir la Serie Mundial, lancé siete innings y finalmente fuimos los campeones.
No puedes imaginar lo que representó para mí, humilde guajirito de Las Martinas, hablar en la parada de agasajo en Chicago, ante más de dos millones de personas… ¿Piensas en esa cantidad de aficionados, crees que puede ser posible? Pues yo hablé y me sentí en las nubes.
En los 27 años de mi carrera lo máximo ha sido ese anillo de la Serie Mundial. Tengo mis medallas olímpicas, mundiales, panamericanas. Las limpio, las amo pero nada se compara con ese anillo.
Precisamente hablando del tema ¿por qué te fuiste tan rápido de los Yanquis?
Son cosas que pasan. Yo acabado de llegar tuve que hacer ajustes, la zona de strike más reducida, bateadores más selectivos. Sinceramente, los Yanquis esperaban más de mí y me cambiaron para el Chicago de Ozzie Guillén que habla el mismo idioma. Increíble pero cierto. Llegar un emigrante, es duro. Muy difícil. El idioma, la comida, el ambiente. Tuve que hacer ajustes y en Chicago me fue mejor.
Ahora sí quiero decirte algo: disfruté New York, disfruté Chicago, disfruté Filadelfia, Colorado, disfruté Taiwán, México, República Dominicana, lugares donde también jugué. Disfruté a managers exigentes como Joe Torres, Ozzie Guillén, Jorge Fuentes, Alfonso Urquiola. Disfruté mi pelota cubana. Aquellos Guillermón, Sandino, San Luis, Latino abarrotados con aficiones delirantes. ¡Nada como eso! El Caribe es el Caribe, no se siente igual.
Ahora disfruto con mis muchachos a quienes transmito todos mis conocimientos, la técnica, la metodología del entrenamiento y más allá el amor que se debe sentir por un deporte por el que he vivido y vivo.
¿Qué bateadores te bateaban con relativa facilidad?
En Cuba el ya desaparecido Miguel Caldés, que creo de espaldas me daba hit y en las Grandes, Manny Ramírez. Gracias a Dios tuve en mi equipo a Omar Linares y Luis Giraldo Casanova. Jajaja Otros gigantes, Orestes Kindelán y Antonio Pacheco, había que respetarlos siempre.
El deporte cubano, béisbol incluido más ahora con las fallas constantes de la llamada Serie Élite, está en franca bancarrota. Hasta campeones olímpicos han tomado el camino del exilio ¿tu opinión al respecto?
No es que el deporte cubano haya descendido, es lo que le falta por descender. Y aquí no debía hablarse de política sino de cómo resolver los problemas, pero es la política la causa fundamental. Después de mí ¿cuántos se han ido, por culpa de quién o qué?
Se van jovencitos sin aún jugar una Serie Nacional. Son prospectos que salen a imponerse en el mejor béisbol del mundo y demostrar su valía, pero salen por mejorar su vida y la de los suyos, por luchar por lo que pueden obtener con su trabajo. No les hace falta que le den un apartamento en el Calero o le regalen un Peugeot que luego no pueden mantener.
Se van ¿por qué no? representando el país donde nacieron. Mi anillo es cubano. Es orgullo de mi Patria. Donde yo jugaba decían “el cubano Contreras” y eso es válido, eso engrandece.
Mi anillo es cubano. Es orgullo de mi Patria. Donde yo jugaba decían “el cubano Contreras” y eso es válido, eso engrandece
Acabar de cambiar la mentalidad y que todos los peloteros cubanos, los deportistas cubanos puedan ser elegibles para las selecciones nacionales a eventos de primer nivel como Juegos Olímpicos, Campeonatos Mundiales. Clásicos Mundiales. Hablan del bloqueo y el de ellos ¿no lo es?
El deporte no es solo lo que está mal. El comunismo es una yerba mala; por donde pasa arrasa. Mira la URSS, mira el campo socialista, mira Venezuela. Se benefician unos pocos, los clanes familiares, de amigos pero ¿y el pueblo?
En el exterior, no solo en Estados Unidos, hay peloteros, boxeadores, voleibolistas, atletas, luchadores, judocas para hacer no uno sino varios equipos CUBA; ahora mismo un conjunto cubano al Clásico estaría entre los grandes favoritos… ¡Esa verdad no puede ocultarse!
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