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La prensa oficialista se quejó de los “precios boutique” en que se comercializan las viandas, por lo cual culparon a los cuentapropistas, desligando al Estado de toda responsabilidad.
El medio oficialista Granma achacó los exorbitantes precios de los productos del agromercado a los revendedores e intermediarios donde la oferta incrementa su costo “a merced de la especulación y los chanchullos para exorbitar los precios a alturas casi inalcanzables”, según trascendió en un texto publicado este domingo.
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“De una semana a otra (a veces menos), lo que hoy cuesta 20 pesos la libra de determinado producto, por obra y gracia del contubernio entre los revendedores, y sin el menor escrúpulo, esa misma vianda, fruta u hortaliza puede amanecer con cinco, diez y hasta más pesos por encima”, dijo el medio.
Sin embargo, Granma no solo se refirió al tránsito del producto por varias manos como una de las causas de los elevados precios, sino que también lo atribuyó a la falta de cumplimiento de los campesinos con el estado que ofrecen menos, pagan a destiempo y a veces ni siquiera compran las cosechas.
“En el seno de cada cooperativa se sabe quién es quién: el que aporta y cumple sus compromisos; también el que contrata por debajo de sus posibilidades, entra en negocios turbios y hasta vende cosechas enteras a los intermediarios mucho antes de que den sus frutos”, apuntó el diario oficialista, criticando que el productor no “honrara” las cifras pactadas con el estado antes de vender a las empresas no estatales de comercialización.
En el texto se sugiere como una vía posible para acabar con el alza de precios la imposición de “disciplina” y la erradicación del “desorden”, para “proteger el bolsillo de los ciudadanos”. Se trata, dicen, de comprarles a las cooperativas las producciones y luego comercializarlas a través de las entidades de Acopio o directo en las placitas.
Sin embargo, más allá de delegar responsabilidades, el texto no menciona la necesidad real de los campesinos de obtener una ganancia regular y no quedar a merced de los pagos retrasados del estado o su necesidad de recibir pagos que le permitan acceder a productos vendidos en MLC por el gobierno; tampoco se refiere a la manera de regir los precios en los mercados por la fluctuación de la "oferta y la demanda".
Varios internautas que reaccionaron a la nota de Granma coincidieron en que el problema radica en la ineficiente economía diseñada por el gobierno donde se imposibilita acceder a los productos en la moneda en que se paga el salario, en alusión a los precios en MLC que deben para conseguir productos básicos para la subsistencia.
“El campesino, transportador y vendedor también quieren acceder a esta moneda y a los productos revendidos comprados en MLC, por eso suben los precios para ganar más. Hay que rediseñar la economía para que todo funcione bajo una sola moneda de pago y de venta y un solo mercado. Es responsabilidad de los que deciden resolver este apartheid económico que causa más daño que beneficios”, expresó un cubano.
La especulación con los precios también recaería sobre el estado, que aumenta el costo incluso de la canasta básica "como si fuese una competencia con los particulares a ver quién pone las cosas más caras …..pero nada; siempre el que sale perdiendo es el cubano de a pie algo que al estado parece no importarle", sentenció otro ciudadano.
"Y el estado subiendo el precio de todos los productos en MLC y canasta básica como si fuese una competencia con los particulares a ver quién pone las cosas más caras …..pero nada; siempre el que sale perdiendo es el cubano de a pie algo que al estado parece no importarle", opinó alguien más.
Otros, incluso, coincidieron en que la culpa era del “reordenamiento” al imponer una moneda de compra “que no es la que te pagan y por ende todo sube para poder adquirir la moneda y poder comprar donde único hay oferta”, expresó alguien que recalcó que “esos inventos cubanos nos llevan cada día más al fracaso".
Hubo también quien criticó la artimaña de la prensa oficialista de culpar a acopio y a los cuentapropistas cuando los campesinos deben subsistir como todos.
Recientemente el gobierno cubano ha oficiado una serie de operativos contra revendedores para, en sus palabras, combatir “el delito, la corrupción, ilegalidades e indisciplinas sociales” y los precios “abusivos”.
En algunas redadas los inspectores han impuesto multas de hasta 8,000 pesos y decomisados numerosos productos en distintas localidades del país.
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