Un notable deterioro y abandono se percibe en el Cementerio de Columbia o “cementerio de los americanos”, como se conoce popularmente el sitio, ubicado en la Isla de la Juventud y que fuera declarado Monumento Nacional en 2019.
Durante la XVII Jornada Nacional de Arqueología, realizada a fines de octubre en Holguín, se presentó la ponencia “La cultura funeraria de los colonos norteamericanos en Isla de Pinos”, en la que se abordó la situación actual del cementerio, único en Cuba y en el Caribe, según un reporte del periódico local Victoria.
Las áreas verdes sin chapear, los cipos identificativos caídos sobre la hierba, la falta de cercado que permite la entrada de ganado son algunos de los problemas del cementerio que se analizaron en el evento, donde se advirtió que el sitio podría perder la condición de Monumento Nacional si no se toman medidas inmediatas para su conservación.
De acuerdo con el diario, especialistas de la Isla de la Juventud que asistieron al evento expusieron el estado del camposanto en busca de "una vía para obtener el financiamiento necesario para su reconstrucción, hoy paralizada".
En marzo pasado, a solo tres años de haber obtenido la distinción, se dio a conocer el lamentable estado del cementerio desde la cuenta de YouTube Camila Carballo INSIDE.
En este cementerio protestante de estadounidenses se encuentran los restos de gran parte de los colonos estadounidenses que se asentaron desde finales del siglo XIX y principios del XX en la antigua Isla de Pinos.
Fue en 1907 cuando Isle of Pines Land and Development inauguró el Columbia Cemetery Society, exclusivo para ciudadanos estadounidenses fallecidos allí.
El primer colono enterrado fue Freeman Cooper, un alemán residente en Estados Unidos, quien llegó a Cuba en el siglo XIX y vivió allí hasta su fallecimiento el 30 de noviembre de 1907. Su hijo Frank, estadounidense de nacimiento, administró la necrópolis de la entonces Isla de Pinos hasta 1976, cuando regresó a su país.
El último enterramiento registrado en el cementerio es de 1981 y fue el de Estefanía Koenig, descendiente de una familia de origen alemán cuyos integrantes estaban naturalizados estadounidenses.
La necrópolis es de tipo jardín o parque memorial y cuenta con más de 17 kilómetros cuadrados. Tiene 135 lotes con capacidad para seis u ocho nichos cada uno. Allí descansan los restos mortales de más de 300 de aquellos colonos.
Autoridades de Patrimonio han destacado la importancia de conservar ese sitio único en Cuba, que testimonia la presencia de más de medio siglo de una colonia de estadounidenses en la Isla de Pinos.
Las denuncias al estado de otros cementerios del país es una constante. Por ejemplo, en el de Ciego de Ávila se realizan exhumaciones rudimentarias y antihigiénicas.
Mientras que en redes sociales se ha aludido al mal estado en que se encuentra en la provincia de Holguín el cementerio de Velasco. Así también, videos han documentado las denuncias sobre el abandono y los actos de vandalismo en el cementerio de Matanzas.
La situación se evidencia incluso en el Cementerio de Colón que presenta un deterioro general, robos, saqueos y malos olores, según familiares de difuntos y empleados de la principal necrópolis de la isla, declarada Monumento Nacional en 1987.
El "cementerio de los americanos", de gran valor histórico y patrimonial, es el quinto lugar declarado Monumento Nacional en la Isla de la Juventud, tras el presidio Modelo, la finca-museo El Abra, el buque El Pinero y las cuevas de Punta del Este.
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