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El gobierno cubano aceptó la reanudación de vuelos de deportación desde Estados Unidos con detenidos en la frontera mexicana, una medida que marcaría un giro significativo de la administración de Joe Biden en sus esfuerzos por frenar la imparable oleada migratoria procedente de la isla.
De acuerdo con tres funcionarios estadounidenses citados por la agencia Reuters, Cuba accedió por primera vez a aceptar los vuelos de deportación del Departamento de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), paralizados por los últimos dos años.
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Una fuente gubernamental en Washington confirmó la noche del viernes a CiberCuba que se trata de un compromiso restablecido tras las recientes conversaciones efectuadas en La Habana entre altos funcionarios estadounidenses y representantes cubanos.
“Es un proceso que está aún en una fase incipiente y esperamos que los vuelos de ICE puedan reiniciarse en una fecha próxima”, dijo el funcionario bajo condición de anonimato.
El reporte de Reuters indicó que las autoridades estadounidenses tiene ya bajo custodia a una docena de cubanos que no superaron un examen inicial de asilo por miedo creíble al arribar por la frontera, y agregó que ICE aguarda hasta reunir un grupo mayor de inmigrantes deportables para completar un avión con destino a La Habana.
Las devoluciones de cubanos serían en grupos ocasionales y no formarían parte de un nuevo acuerdo para regularizar los vuelos de deportación de ICE a la isla.
La decisión constituye una sustancial modificación en la estrategia de vuelos de deportación de ICE a Cuba, que hasta el momento se habían nutrido de cubanos considerados inelegibles para permanecer como residentes legales en Estados Unidos.
Ahora las deportaciones por vía aérea sumarían a cubanos llegados por puntos de la frontera terrestre en busca de refugio político, lo que establecerá una eventual barrera para el flujo incontrolable desde Centroamérica hasta el borde mexicano.
Por el momento la afluencia de cubanos por la ruta centroamericana hacia la frontera mexicana se ha mantenido en octubre y noviembre en niveles similares a los de meses precedentes, según reportes de funcionarios del Departamento de Aduanas Y Protección de Fronteras (CBP) y la Patrulla Fronteriza (USBP) que hablaron con CiberCuba en días recientes. Las cifras del año fiscal 2022, concluido el pasado 30 de septiembre, registraron un pico histórico de 224,607 cubanos que ingresaron por puntos fronterizos del territorio de Estados Unidos.
Pero en los últimos días se ha producido una ralentización en la liberación de inmigrantes, entre ellos numerosos cubanos, que se entregan a funcionarios de CBP para formalizar sus peticiones de refugio. De acuerdo con las autoridades, el número de personas liberadas disminuyó debido a que los casos se están procesando bajo "estrictos requisitos de información" para decidir sobre los posibles procedimientos de expulsión, y solo se les permite la salida de los centros de detención una vez que han hecho los arreglos pertinentes de viaje para ser acogidos por familiares, centros religiosos o entidades caritativas
Ni el Departamento de Estado ni el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) respondieron de inmediato a preguntas de CiberCuba sobre el asunto.
Los acuerdos de deportación de cubanos, establecidos en 1984, fueron reajustados entre La Habana y Washington el 12 de enero de 2017 tras las negociaciones establecidas por la administración de Barack Obama para modificar la política migratoria hacia Cuba.
Según el acuerdo reformulado hace cinco años, la devolución a Cuba de personas con orden final de deportación procedió mediante un proceso de “evaluación caso por caso”, teniendo en cuenta la revisión de una lista de emigrados “no elegibles” por delitos cometidos en Estados Unidos.
La cifra de cubanos deportables asciende a unos 42,000, según estadísticas del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Durante la administración de Donald Trump se implantó un récord de deportaciones a Cuba, con 3,385.
Pero el gobierno cubano paralizó las devoluciones de cubanos con orden final de deportación desde diciembre de 2020, argumentando las restricciones de la pandemia. Desde entonces solo un pequeño número de cubanos fue devuelto a su país por acuerdos personales a través de aerolíneas comerciales, no como parte de los vuelos federales coordinados por ICE.
A finales de octubre, a raíz de la detención de unos 40 cubanos en procesos de deportación, el DHS dijo a CiberCuba que las regulaciones para estos casos se mantenían sin cambio.
"Las decisiones de custodia se toman caso por caso, de acuerdo con la legislación estadounidense y la política de DHS, considerando los méritos y factores individuales de cada caso. Las decisiones asociadas se adoptan de manera profesional y responsable, con la experiencia de los funcionarios encargados de la aplicación de la ley y de la manera que mejor sirva para protegernos de las amenazas al territorio nacional", indicó un funcionario de la agencia federal.
El grupo de cubanos fue liberado de centros de detención en Florida, luego de intensas gestiones y protestas públicas pidiendo se les permitiera permanecer en territorio estadounidense por consideraciones humanitarias.
Pero esta semana, el viaje de la delegación estadounidense de alto nivel a La Habana para discutir "asuntos migratorios" parece haber inclinado la determinación de Washington a favor de reactivar las deportaciones, un tema recurrente en los intercambios bilaterales en materia de inmigración.
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