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Cheo militante

Ni una mención a los muertos del Saratoga, Base de Supertanqueros, huracán Ian; a los médicos secuestrados en Somalia ni a los militares y trabajadores cubanos que la Nochevieja trabajaron como cualquier día del año.

Presidente Díaz-Canel en su mensaje de fin de año © Twitter/Reinier Alejandro
Presidente Díaz-Canel en su mensaje de fin de año Foto © Twitter/Reinier Alejandro

Este artículo es de hace 1 año

El comando CIA; que mantiene infiltrado el Palacio de la Revolución, golpeó otra vez a la casta verde oliva y enguayaberada; disfrazando al presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez con un look combinado de Ñico Rutina en San Nicolás del Peladero y Don Johnson, en Miami Vice.

El enemigo volvió a hacer de las suyas y despojó de sensibilidad la perorata presidencial, haciendo aparecer a Cheo Militante perdido en un campo de lechugas a las 12 del día; en actitud de negación total, falso triunfalismo, mediocre histriónico que lo convierte en un idealista psicótico y atenazado por guiños del lenguaje de sordomudos e hipoacúsicos; como demostró en su fallida frase Venga la esperanza, que sonó más a súplica que a certeza.

Ni una mención a los muertos del Saratoga, Base de Supertanqueros, huracán Ian; a los médicos secuestrados en Somalia ni a los militares y trabajadores cubanos que la Nochevieja trabajaron como cualquier día del año.

Mariela, te lo ruego, pide a tu equipo un perfil psicológico del presidente; si es que no lo has hecho ya, porque lo del señor con el empuja-empuja de puertas que ha desatado; revela un alma presta saltarse límites, al ritmo de abre que voy, cuidao con los callos...

Los saboteadores -sabiendo que el Ñato estaría genial en el papel de Cheo Militante- abrieron la proclama con un plano general con la bandera cubana; sobre fondo habanero de palmas reales, seguido de un contrapicado que mostró los zapatos de afuera que calza Don Miguel y -del tacón- la cámara viajó por la anatomía del presidente hasta su cara, maquillada como el difunto Mario Balmaseda, en el papel de Lenin.

El discurso; leído en un Apuntador electrónico (teleprónter) con peor estilo que Barack Obama en el Gran Teatro de La Habana, estuvo salpicado de típicas caneladas, como el párrafo que sigue y retrata de manera dramática el vacío emocional que gobierna Cuba:

"Nos convoca la certeza de que la creatividad de nuestro pueblo es infinita y de que no llegamos hasta aquí retrocediendo, llegamos hasta aquí ascendiendo. Todo lo que resistimos y creamos en el año más desafiante es la prueba de que si se puede. Una y otra vez se puede".

Insultar a los ciudadanos descalifica al insultador, sobre todo, cuando 2022 no es que haya sido desafiante, como proclama Díaz-Canel sino la constatación del fracaso, de su fracaso y el enésimo fiasco comunista; reconocido parcialmente ante la Asamblea Nacional.

¿Qué se creó en 2022, presidente? Más represión, pobreza, oscuridad y legiones migratorias por mar, tierra y aire.

Ya embalado, Cheo Militante soltó el siguiente disparate:

"A las puertas de ese año más desafiante, y por tanto, más atractivo para todo el que se sienta revolucionario, los invito a trabajar con pasión y con ganas para seguir venciendo imposibles".

Normalmente, los revolucionarios; que no es palabra cubana ni ideológica, se sienten atraídos por la belleza, la innovación y el trabajo bien hecho; cualidades ausentes del tardocastrismo; persuadido que pidiéndole todavía más sacrificios a los sacrificados eternos, llegará a la siguiente puerta; o sea, conservará el poder.

Aunque esta vez no hubo alusiones directas a Fidel y Raúl, Cheo Militante se remontó a Martí para legitimar el 11J; su mayor susto hasta la fecha, y en un trastornado arranque lírico-patriótico soltó:

"(...) garantizar el sostenimiento de las justas conquistas con la máxima martiana de que el patriotismo es un deber santo cuando se lucha por poner la patria en condición de que vivan en ella más felices los hombres.

Díaz-Canel es incapaz de sostener las menguadas conquistas de sus predecesores y mucho menos de hacer felices a los cubanos; pero poniéndose tan santo y martiano, al menos debería renunciar o incorporar a su gobierno a presos del 11J, que solo pretendían conquistar felicidad para todos y no para la guara de Siboney.

Cerrando el año a ritmo de contingente, Cheo Militante ha superado a Díaz-Canel limonero; una pena que el comando CIA no se haya atrevido a grabar el esperpento de fin de año, sentándolo sobre el césped de la Plaza de la Revolución, acompañado por Lis Cuesta Peraza y pioneritos escogidos con uniformes de Hialeah, cantando la versión cubana de todos los niños del mundo vamos una rueda a hacer (...) Martí lo dijo en un libro que me lee mi papá...

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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