Una anciana cubana se reencontró con su familia en Estados Unidos tras llegar cruzar por la frontera de México.
Delfina Violeta Enrique, de 85 años, realizó una larga travesía junto a una hija, quien grabó los últimos momentos del viaje: cuando estaban a punto de pasar hacia suelo americano y después de pasar al otro lado.
"Ya estamos aquí, victoria. Llegó la guerrera, ya llegamos, cansaíta, pero aquí estamos", dijo la hija de Delfina en un video que transmitió el periodista Mario J. Pentón.
La grabación muestra la llegada de ambas a un aeropuerto estadounidense, donde las esperaban sus familiares.
El emocionante recibimiento estuvo cargado de lágrimas de alegría. Delfina salió en una silla de ruedas, pero enseguida se puso de pie para abrazar a otro hijo.
La avalancha migratoria de cubanos por la frontera sur de Estados Unidos alcanzó en noviembre una cifra superior a las 34 mil personas.
Según el Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP), 34,675 cubanos entraron de forma irregular solo desde México. Es la segunda cifra más alta del flujo migratorio cubano de los últimos años, solo superada en abril, cuando entraron al país 34,839 migrantes por ese punto.
En noviembre, un total de 35,849 cubanos entraron al país por todos los puntos fronterizos. El número es el más alto registrado en un mes en estos años.
En ese éxodo masivo, cada vez hay más casos de ancianos que a pesar de su avanzada edad y sus limitaciones, arriesgan sus vidas para poder llegar a Estados Unidos junto a sus familiares.
En diciembre, una veterana de 82 años llamada Julia Ramona Acosta, se reencontró con su familia en Miami-Dade después de una travesía de dos meses cruzando fronteras en Centroamérica desde Nicaragua.
"En ningún camino, en ningún lugar donde estuve tuve miedo. Yo pasé la travesía como cualquiera que la hubiera pasado mucho más joven que yo. Si lo tuviera que hacer otra vez, lo haría de nuevo", declaró a Univision 23.
En junio, otro anciano cubano de 83 años llegó a Estados Unidos con su hijo tras cruzar la frontera con México, donde tuvieron que caminar casi tres horas por el desierto.
Esber Rodríguez, natural de Holguín, fue recibido en el aeropuerto de Tampa, donde lo esperaban sus tres hijas y nietos con globos y banderas norteamericanas. Su viaje duró un mes y en total atravesaron seis países.
Por su parte, Esther García, una anciana cubana de 86 años con artrosis severa en la rodilla, cuatro quistes y un bastón, llegó en agosto, tras poco más de 20 días cruzando fronteras desde Nicaragua.
"Estuve por carreteras, entre montañas, entre precipicios. Mucho riesgo por donde quiera. Todos los días era un susto distinto, un nerviosismo... todos los días de Dios”, relató.
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