La policía militar retomó el control de las sedes de los Tres Poderes en Brasil que fueron ocupadas por simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro en un intento de derrocar este domingo al recién estrenado gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
Tras una violenta jornada entre bolsonaristas y las autoridades brasileñas, medios locales e internacionales reportaron ya en horas de la tarde la recuperación del control del Palacio de Planalto, donde radica la sede presidencial, además de Congreso Nacional y el Tribunal Supremo Federal.
La jornada también ha dejado a un número no definido de heridos y casi 200 de detenidos por ahora, cifras que pueden cambiar en el transcurso de la noche.
A los detenidos les imputan los delitos contemplados en el Artículo 359-M del Código Penal de Brasil, que prevé entre 4 y 12 años de prisión por “tentativa de destitución de un gobierno legítimamente electo”.
Asimismo, el secretario de Seguridad del Distrito Federal de Brasilia, Anderson Torres, aliado de Bolsonaro, fue destituido de su cargo este domingo, reportaron varios medios de prensa.
“Determiné la destitución del secretario de Seguridad del Distrito Federal, al mismo tiempo que puse en las calles a todos los cuerpos de seguridad, con la determinación de detener y sancionar a los responsables”, informó en Twitter este domingo el gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha.
Torres acababa de asumir la Secretaría de Seguridad de Brasilia, tras ejercer como ministro de Justicia en los dos últimos años de mandato del Gobierno de Bolsonaro, que dejó el poder el pasado domingo, cuando Lula juró como nuevo jefe de Estado.
El presidente brasileño en su cuenta de Twitter dijo este domingo que “quien tiene que hacer la seguridad del DF es la policía del DF, que no lo hizo. Por la incompetencia y mala fe de quienes velan por la seguridad de DF”, además de firmar un decreto para la intervención federal de la capital brasileña.
El asalto de los simpatizantes de Bolsonaro a las principales instituciones democráticas de Brasil ha despertado una ola de repudio en la región, en la Unión Europea y en el propio país suramericano.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo en Twitter que condenaba el asalto a la democracia y al traspaso pacífico del poder en Brasil.
“Las instituciones democráticas de Brasil cuentan con todo nuestro apoyo y no debe socavarse la voluntad del pueblo brasileño. Espero seguir trabajando con Lula”, escribió, además, el mandatario estadounidense.
Valdemar Costa Neto, presidente del Partido Liberal del expresidente Jair Bolsonaro, también salió a condenar estos asaltos, a los que calificó como “vergüenza” y como un “día triste para Brasil”.
También la Unión Europea, líderes latinoamericanos y presidentes de Francia, España, Argentina, Cuba se posicionaron al lado del presidente Lula da Silva y condenaron la jornada de violencia desatada por los seguidores del expresidente Bolsonaro.
Miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro invadieron este domingo el Congreso de Brasil en el intento de derrocar el recién instaurado gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.
En la jornada matutina de este domingo, medios de prensa y redes sociales reportaron que nutridos grupos de manifestantes rompieron la barrera policial y entraron a la parte alta de la sede legislativa brasileña.
También refirieron que otros grupos se dirigieron al palacio presidencial y a la sede del Tribunal Supremo Federal.
Imágenes difundidas en redes expusieron cómo los manifestantes invadieron las áreas del Congreso, portando banderas de Brasil y vistiendo con sus colores.
Los manifestantes portaban pancartas con mensajes de "Lula en la cárcel", "Intervención militar" y "Bolsonaro presidente".
Según el diario O’Globo, Bolsonaro permanece en Orlando, EE.UU., por consejo de sus abogados desde dos días antes de que Lula da Silva asumiera su tercer mandato como presidente del Gigante del Sur.
Los manifestantes llegaron a la sede legislativa en Brasilia desde el Cuartel general del Ejército, donde están acampados desde que Bolsonaro perdió las elecciones hace dos meses, apuntó el diario El País.
El medio español refierió, además, que los bolsonaristas superaron las barreras policiales para asaltar las sedes del legislativo y del Poder Judicial y que también intentaron asaltar la presidencia.
Los seguidores del expresidente brasileño no aceptan la victoria de Lula en las elecciones de octubre último y ahora fueron con todo para sacar al líder del PT del gobierno.
Este asalto se asemejó al ocurrido en el Capitolio de Estados Unidos en 2021, a principio de enero.
En la última semana, un partido aliado del presidente brasileño pidió el arresto del exmandatario Bolsonaro por incentivar a sus seguidores a actos violentos por su derrota ante las urnas.
El recurso para la detención de Bolsonara fue presentado el lunes último ante el Supremo Tribunal Federal (STF) brasileño por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), reportó EFE.
Versiones de prensa, citadas por EFE, refirieron que el exmandatario abandonó Brasil por su temor a que cualquier juez de primera instancia ordenara su arresto por alguno de los diferentes procesos que hay abierto en su contra, ya sin el fuero como mandatario.
La demanda de arresto del PSOL subraya en ese sentido que Bolsonaro ya puede ser arrestado, porque ya no tiene la prerrogativa del fuero, que impedía cualquier recurso legal en su contra.
Lula en su primer discurso como presidente de la nación hizo un llamado a la reconstrucción de Brasil, aunque arremetió contra la herencia bolsonarista, a la que consideró "de pesadilla".
"Es un tiempo de unión y reconstrucción de nuestro país. Hago un llamado para tener un país más justo y democrático. Pido a cada uno de ustedes que la alegría de hoy sea la materia prima de la lucha de mañana”, dijo, además.
También en otra parte de su intervención aseguró que “en estos últimos tiempo hemos vivido uno de los peores periodos de nuestra historia, una era de sombra y mucho sufrimiento”.
“Esta pesadilla ha llegado a su fin por el voto soberano, en una elección que ha demostrado su compromiso con la democracia. Debemos mirar hacia adelante y olvidar las diferencias. Nos une el amor por Brasil", subrayó el presidente Lula.
Lula da Silva ganó el 50,90% de los votos en la segunda ronda electoral a finales de octubre y superó por más de dos millones de boletas (60,345,825) a su oponente, Jair Bolsonaro, quien logró a su favor 58,206,322 de boletas.
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