La ceremonia de apertura del año judicial 2023 fue la ocasión perfecta para que el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel lanzara un vaticinio ante los juristas reunidos este lunes en el salón principal del Tribunal Supremo Popular.
“Será un año intenso, pero sabemos que podemos contar con ustedes”, dijo el también primer secretario del Partido Comunista de Cuba y responsable de la “orden de combate” dada al aparato represivo del régimen como respuesta a las pacíficas manifestaciones que sacudieron el país durante las históricas protestas del 11 y 12 de julio de 2021.
El desafío planteado al sistema judicial cubano con el inédito estallido social del 11J se resolvió en 2022 con una subordinación todavía más manifiesta del poder judicial al poder ejecutivo del régimen, dejando aún más en evidencia la nula separación de poderes del sistema político cubano.
Aunque la cita sirvió para el autobombo y felicitaciones por el “proceso de creación de leyes” que marcó el anterior año judicial, expertos y organizaciones internacionales y no gubernamentales coinciden en señalar que la actividad judicial de 2022 estuvo marcada por un aumento de la represión en Cuba, tanto por la vía del enjuiciamiento y castigo del activismo y la disidencia, como en la aprobación de un nuevo Código Penal que endurece las penas y amplía el espectro de los delitos de carácter político.
"Nada quiere el gobierno que escape de su supervisión. Nada han dejado sin regular y criminalizar", advirtió la organización independiente Cubalex tras la aprobación en diciembre del nuevo Código.
Según la ONG, el Código constituye una preocupación para todos los ciudadanos, por diferentes motivos: tipifica conductas penales, ambiguas, amplias y discrecionales; define alrededor de 32 delitos que amenazan la libertad de expresión; y mantiene la pena de muerte.
Además, tipifica el uso del ciberespacio como agravante de la responsabilidad penal; persigue como delito hacer periodismo independiente; y ubica la responsabilidad penal a partir de los 16 años, entre otras coacciones de carácter jurídico.
Por su parte, al cierre del año, la organización Prisoners Defenders indicaba que hasta el 24 de diciembre de 2022 había 1,034 prisioneros políticos en Cuba. Entre ellos 29 niños y 5 niñas (34 menores en total) que aún cumplen sentencia (27) o están siendo procesados penalmente (7).
Sin embargo, sobre esta realidad no mencionó una palabra el presidente del Tribunal Supremo de Cuba, Rubén Remigio Ferro, a pesar de que tanto él como varios de sus subordinados son invitados habituales a programas de la televisión nacional -subordinada al régimen- para “explicar” a los ciudadanos los riesgos penales que corren de expresarse en libertad.
“Nos ha correspondido juzgar a quienes, actuando como peones en las arremetidas subversivas e intentos de desestabilización de los enemigos de la Revolución, han cometido hechos vandálicos, agresiones violentas contra autoridades y funcionarios, y otros graves delitos”, dijo Ferro durante la ceremonia de apertura del pasado año judicial.
Días después, entrevistada para el Noticiero de la televisión cubana, la madre de uno de los manifestantes del 11J aseguraba que “no hay que intentar nada contra la revolución, no hay que tirar piedras, no hay que agredir a la población ni a los policías”.
Sin embargo, para Ferro lo importante es subrayar que “a pesar de las complejas circunstancias que vive el país, la administración de justicia en Cuba marchó en 2022 a un ritmo adecuado, siendo procesados y concluidos más del 85% de los asuntos tramitados”.
“El juicio yo lo he visto muy bien de todas las partes, la defensa de los abogados muy buena, la fiscal habló como tenía que hablar, la presidenta de la sala es objetiva, humana… no tengo más nada que decir, porque yo he visto el juicio oral muy bien”, añadió la madre del preso del 11J ante las cámaras de la televisión, en un reporte que cerraba afirmando “la prioridad que tiene para el país, el orden público, la legalidad y la tranquilidad ciudadana; y cómo se actuará con rigor y firmeza para asegurar en cualquier circunstancia las conquistas de la Revolución”.
En el 2023 no serán menores el empeño y la disposición de ánimo de nuestra gente para vencer desafíos, afirmó Ferro este lunes. “Nada nos quitará el fervor, el ímpetu y el compromiso que nos caracteriza, ni la sana satisfacción que nos produce cumplir con nuestra honrosa función”. Por su parte, Díaz-Canel "convocó a seguir aportando nuevas ideas en la impartición de la justicia".
“Una vez más se evidencia que el Sistema Judicial Cubano no es independiente. Imposible que en un país que pretende justicia el Sistema Judicial esté subordinado a un partido político”, comentó un usuario cubano de redes sociales, respondiendo al hilo de Presidencia que informó sobre un evento anacrónico e impostado en la realidad de un Estado que blande el terror sobre sus ciudadanos.
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