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Varias motos robadas recientemente fueron recuperadas por las autoridades en el municipio Regla, en La Habana, según informaron fuentes vinculadas al Ministerio del Interior (MININT).
De acuerdo con La Página de Mauro Torres 2.0, un perfil de Facebook asociado al MININT, una de las motos había sido sustraída en un episodio de robo con fuerza ocurrido en el municipio Plaza de la Revolución.
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Al ser recuperada, se encontraron los documentos personales del dueño aún en el interior del vehículo.
Durante el registro domiciliario a la casa del presunto ladrón, se detectaron partes y piezas de otras cinco motos. Las autoridades trabajan en la identificación de los dueños.
Las noticias de robos son cada vez más comunes en Cuba y están vinculadas con la galopante pobreza, la precariedad de la vida y la crisis económica que padece el país.
A finales de diciembre pasado, una cubanoamericana que se encontraba de visita en Cuba sufrió un asalto y secuestro a mano armada cuando su hija intentaba echar combustible al auto de turismo en que viajaban.
La madre permanecía en el interior del carro -del cual se desconoce marca, modelo y matrícula- cuando el ladrón se montó, la intimidó con un arma de fuego y arrancó el vehículo. Condujo un tramo con la víctima a bordo, hasta que la obligó a bajarse del auto a unos 400 metros de donde ocurrió el robo.
En noviembre trascendió que el índice de delincuencia aumentó en Camagüey en medio de un contexto de apagones, crisis económica y pasividad de la policía.
“Sólo en el mes de noviembre, han llegado tantos reportes de asaltos, robos y delincuencia en general en la ciudad de Camagüey, que asombra la desidia de las autoridades ante un problema tan grave. Vehículos, prendas y teléfonos móviles están entre los objetos más codiciados por los asaltantes”, advirtió en Facebook el medio independiente La Hora de Cuba.
En varias zonas de la ciudad de la Ciudad de los Tinajones se reportaron casos de robo o intento de robo de motos eléctricas, cadenas, celulares, bicicletas y hasta caballos. Sujetos encapuchados, solos o en grupo, infundieron miedo en sus víctimas incluso durante el día y a la vista de todos.
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