A Luis Enrique Yero lo conocí a finales de los años 90, cuando yo acababa de hacerme periodista y él arbitraba en los campeonatos nacionales de fútbol. No tardamos en trabar amistad, e inclusive compartimos habitación más de una vez en aquellos hoteluchos donde se alojaban prensa y colegiados durante los campeonatos nacionales del más universal de los deportes.
Más de dos décadas después, Yero ejerce su labor arbitral en Florida tras haber emigrado a Estados Unidos en 2016. Atrás, en su Camagüey natal y en toda Cuba, queda la huella de un trabajo que lo convirtió en uno de los mejores referees del patio (si no el mejor) y en una figura respetada por las instituciones balompédicas del área.
Yero empezó en el fútbol como atleta de Juegos Escolares, y más tarde integró la selección agramontina de primera categoría junto a personajes como Hugo Madera, René Bonora y Ángel Horta. Mal no le fue, y como prueba está su participación en los Juegos Centroamericanos Universitarios de Barquisimeto.
Joven aún, en 1988 se vinculó con el arbitraje bajo la égida del profesor Amado Rodríguez, y siete años más tarde ingresó en la lista de árbitros internacionales de la FIFA, a la cual perteneció por espacio de 10 años hasta cumplir el límite de edad establecido por el organismo.
Mal remunerado y con escasas condiciones de seguridad en los estadios, a Yero le tocó encarar la dura suerte de los jueces del fútbol nacional, pero no solo sobrevivió a tanto infortunio, sino que devino silbante de cabecera con presencia en más de 10 finales del certamen doméstico y participación en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003 y las eliminatorias regionales de las Copas del Mundo de 1998 y 2002.
Una vez retirado, dirigió el Departamento de Árbitros de la Asociación de Fútbol de Cuba (AFC) y a seguidas fungió como asesor de la CONCACAF y la CFU -posición desde la que abrió numerosas puertas a los colegiados insulares-, e inclusive ocupó el cargo de secretario general de la propia AFC. Luego optó por tomar las de Villadiego con el norte como lógico destino, y desde allí responde ahora estas preguntas en exclusiva para CiberCuba.
El VAR, ¿ayuda o perjudica?
–El VAR viene a servir como soporte de las decisiones de los árbitros, pero lo preocupante es que estos últimos permitan que influya en sus decisiones. El error humano es parte del juego. No obstante, entiendo que sea bienvenido en el fútbol actual, que es mucho más veloz y se juega a un ritmo muy alto.
En mi opinión existen algunas zonas grises a resolver y están relacionadas con la mecánica de trabajo entre los que están frente al monitor y los que están en el terreno. El mensaje debe ser más claro y preciso. Eso sí, el perfeccionamiento de esta herramienta sería de enorme provecho.
En materia de reglas, ¿cuáles crees que merecen ser retocadas o modificadas?
–Las reglas de juego se mantuvieron intactas durante muchos años porque el Board siempre evitó hacer cambios. Pero el fútbol evolucionó y con eso vinieron nuevas reglas. Para mí, cada variación en la regla 11 (la del offside) va a influir en los sistemas de juego y el fútbol en general. Creo que el Board debiera revisarla y establecer que el fuera de juego sea considerado más cerca de la portería, lo cual abriría mucho el campo de juego.
¿Qué elementos complican más el arbitraje en el fútbol de hoy?
–Creo que el arbitraje se ha fraccionado. Hay árbitros para la alta competición, secundados por todos los recursos que pone la FIFA para garantizar su trabajo, y árbitros para otros torneos.
¿Crees que es un trabajo debidamente valorado?
–Me parece que está lejos de ser bien remunerado dado lo difícil de la profesión. Hay países donde no se le presta atención a los referees; por ejemplo, en muchas naciones del Tercer Mundo ser árbitro es un auténtico problema.
¿Están las mujeres aptas, ciento por ciento capacitadas, para desarrollar este trabajo entre hombres?
–Creo que sí, es un fenómeno en plena expansión. Incluso, durante mi trabajo en la AFC logramos incluir una terna de mujeres en el torneo masculino de la Primera División y la experiencia resultó positiva.
¿Qué piensas de los límites de edad para mantener la categoría de árbitro FIFA?
–El árbitro debe decidir por sí mismo si está en condiciones de enfrentar los rigurosos exámenes físicos que se le hacen, y si es capaz de aprobarlos no entiendo por qué existen límites de edad.
¿Qué opinión tienes del arbitraje cubano de hoy?
–Está en franco declive, lamentablemente no queda nada de lo conseguido unos años atrás. El programa de arbitraje perdió su rumbo y Cuba difícilmente volverá a insertarse con sus colegiados en torneos internacionales. Este trabajo necesita mucha motivación y, a la vez, mucha atención en todos los órdenes. No es tener internacionales por decir que se tienen. Por ponerte un ejemplo, Cuba posee árbitros internacionales de fútbol playa pese a carecer de una liga interna de esa modalidad.
Allá se cobra muy poco; tanto, que Haití paga mejor. Y si miramos a República Dominicana, convirtió su torneo local en una liga profesional y logró incluir a un árbitro en el pasado Mundial.
Por todas esas cosas, muchos de los mejores árbitros de Cuba decidieron tomar el camino del exilio. Ojalá me equivoque, pero no veo opciones de futuro ni para el fútbol cubano ni para su arbitraje.
¿Qué opinas?
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