El piloto Rubén Martínez Machado, quien permanece detenido en Florida tras su arribo en una avioneta rusa procedente de Cuba, teme convertirse en “carta de cambio” durante conversaciones entre el régimen cubano y el gobierno de EE.UU, al tiempo que reiteró que si lo deportan a la isla lo pueden fusilar.
“Yo espero que no me utilicen como una carta de cambio por algo. Sería el fin. A mí si me regresan ya hay una ley que dice que me pueden fusilar y creo que ese sería el mejor de los casos porque estar preso ahí bajo tortura sería peor aún”, indicó el cubano en declaraciones a Univision.
A poco menos de un mes de comparecer en corte frente a un juez de inmigración para defender su caso de asilo, el piloto dice tener claro que prefiere morir antes que acabar en una cárcel cubana.
A Rubén Martínez desde su arribo le han negado en dos ocasiones el derecho a fianza. En busca de respuestas se ha comunicado con el oficial de ICE a cargo del caso, quien argumenta el riesgo de fuga.
“Él me dice que yo represento un riesgo de fuga, que no voy a ir a los juicios y sinceramente yo no entiendo eso porque al final yo tuve que esperar una hora y media después de que aterricé para que vinieran a recogerme”, explicó al citado medio de prensa.
Eduardo Soto, abogado de inmigración a cargo del caso, señala además que la ley dice que para que alguien sea favorable para una fianza, debe tener lazos familiares en la comunidad, algo que no se cumple en el caso de Rubén, que solo tiene amigos en territorio estadounidense.
Rubén Martínez dice que fue asediado por la policía castrista por un problema con sus jefes en la base agrícola de Sancti Spíritus en la que trabajaba, situación que lo habría llevado a tomar la decisión de abandonar el país.
El próximo 23 de febrero se presentará en corte para defender su caso de asilo político, así como la solicitud de protección bajo la Convención contra la tortura.
El 18 y 19 de enero pasados funcionarios estadounidenses y cubanos se reunieran en La Habana en la reanudación del “Diálogo sobre aplicación de la ley”, el primero que se realiza desde 2018.
El gobierno cubano dijo haber entregado información a EE.UU. sobre supuestos terroristas y traficantes radicados en su territorio. La reunión de La Habana perseguía retomar la cooperación entre ambos gobiernos en asuntos relacionados con el cumplimiento de la ley, como el tráfico de personas, los narcóticos, el terrorismo y otros casos penales.
No es la primera vez en las últimas semanas que Rubén Martínez Machado, quien permanece detenido en el centro de inmigración de Pompano Beach, en el condado de Broward, dice estar seguro de que si lo deportan a la isla lo acabarían fusilando según el Código Penal entrado en vigor el 1 de diciembre de 2022.
En diciembre dijo que en caso de que lo deportaran el nuevo Código Penal mantiene la pena de muerte en 24 delitos, entre los que se incluyen los actos contra la seguridad de la navegación marítima, los aeropuertos y vehículos de aviación.
Tras su arribo a Florida en una avioneta rusa AN-2 procedente de la isla, a Martínez Machado le presentaron formalmente cargos por entrada ilegal a territorio estadounidense y le han negado dos veces la fianza. A comienzos de noviembre Elisa Machado, madre del piloto, dijo que estaba "decepcionada" del trato que ha recibido su hijo en EE.UU.
Martínez Machado arribó a EE.UU. el 21 de octubre, procedente de Sancti Spíritus, a bordo de una avioneta monomotor que aterrizó en el Aeropuerto de Entrenamiento y Transición Dade-Collier, en el humedal de los Everglades. Poco después de tocar tierra tras unas tres horas de trayecto, el joven de 29 años fue puesto a disposición de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) estadounidense.
El gobierno cubano calificó la sustracción de la aeronave de “acto de piratería aérea", tipificado como delito en convenios internacionales ratificados por Cuba y EE.UU.
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