La sequía es un problema en Las Tunas, donde los 23 embalses de la provincia acumulan 106 millones de metros cúbicos de agua, lo que representa en 30 % de la capacidad total.
En enero cayeron solo 6.8 milímetros cúbicos de lluvia, una cifra inferior a la media histórica, según datos del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH).
Solo los municipios Amancio y Majibacoa tienen acumulados de agua superiores al 50 %, mientras que Manatí, Las Tunas, Colombia, Jesús Menéndez, Puesto Padre y Jobado están por debajo de la mitad, incluso llegan a estar a un 8 % de capacidad.
La crítica situación despierta alarmas en las autoridades locales, que ponen sus esperanzas en el próximo período de lluvias, que se extiende de mayo a octubre.
Para hacer frente al déficit de agua potable en Las Tunas, se decidió restringir a los sectores azucareros y agropecuarios que se abastecen de la presa Juan Sáez, la de mayor volumen en la provincia, con las consecuencias que tendrá para la producción y la economía territorial.
Asimismo, los vecinos de los poblados de Bartle y Bejuco, que se abastecen a través de la presa Jobabito, comenzarán a recibir agua potable solo los jueves, viernes y sábados, según explicó el Periódico 26.
A mediados de diciembre del pasado año la prensa oficialista tunera alertó que los embalses acopiaban solo el 36 % de su capacidad; con mayores déficits en Puerto Padre y Jesús Menéndez.
En el segundo semestre del año trascendió que la crisis provocó la sequía de los pozos de 450 comunidades, lo que afectó a unos 100 mil habitantes.
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