La subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Johana Tablada, afirmó que Estados Unidos “busca destruir la revolución contra la voluntad de una mayoría”.
Entrevistada para el programa Sepa Más del canal Russia Today (RT), la funcionaria explicó que el objetivo de la política exterior estadounidense seguía siendo destruir “la revolución”, pasando por encima de una presunta voluntad mayoritaria en Cuba.
Cuantificada, manipulada y reprimida por el régimen totalitario, la “mayoría” que esgrime el poder en Cuba es ignorancia de adoctrinados, pecado de asalariados panfleteros y delito de altos funcionarios que con su relato construyen la realidad de la dictadura.
Marcada por la violación de los derechos humanos, la anulación del individuo, la imposición de una ideología y el miedo a la libertad, la “revolución” que dice Tablada es la piedra angular sobre la que se sostiene una tiranía que arrastra una larga lista de crímenes y abusos.
Pero la diplomática no se limitó a invocar el sanctasanctórum del régimen, sino que después de seis décadas bajo la coacción del totalitarismo, sin democracia y sin libertades, se arrogó sin ningún pudor una “mayoría” de apoyo popular, que no solo carece de credibilidad estadística, sino de respeto a la inteligencia.
“No se ha registrado un cambio de la política de la administración Trump. El presidente Biden sigue aplicando con bastante rigor la política de Trump, cuya esencia fue endurecer el cerco contra Cuba, tratar de asfixiar la economía cubana, provocar severas carencias en los ingresos del país, en los servicios públicos y en la población, e impulsar un proceso de desestabilización”, concluyó la funcionaria.
La eliminación del límite de vuelos, las remesas, la reapertura del consulado en La Habana, el cumplimiento de las 20 mil visas y demás decisiones que modifican las medidas de la anterior administración, no son cambios en la política exterior estadounidense, sino un paso atrás en la estrategia de asedio de Trump y el cumplimiento de compromisos de campaña de Biden.
Pero el objetivo de ambos es el mismo de hace 60 años: “la destrucción de la revolución, un cambio de régimen, o como se le quiera llamar a un proceso que pretenda, por la fuerza y contra la voluntad de una mayoría, imponer un gobierno que responda al interés de Estados Unidos”.
Por ello se mantienen los principales instrumentos: medidas coercitivas unilaterales (“que crean malestar y amenazan los servicios públicos”), la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, el Título 3 de la Helms Burton (algo que aleja la posibilidad de entendimiento entre los gobiernos con reclamaciones en cortes internacionales) y el bloqueo, ese viejo comodín del discurso oficialista.
Además, Estados Unidos mantiene los incentivos a la emigración cubana, persigue los programas de cooperación médica del solidario gobierno cubano, y financia la disidencia interna y las plataformas del exilio. Conclusiones: Biden es más de lo mismo.
“Honestamente, en este momento no sé lo que quieren, si van a cambiar o no van a cambiar, lo que sí sé es que no ha cambiado la política”, reconoció Tablada.
Con semejante análisis se entiende el discurso y la diplomacia de la “continuidad”, empeñada en ser más de lo mismo, aunque ahora sus líderes se abracen y besuqueen con la mafia rusa, naveguen por paraísos fiscales, lloren lágrimas de cocodrilo frente a los acreedores, y agiten a la vez manuales y emblemas del bloque socialista.
“Biden aplica una política medieval y engañosa hacia Cuba… Es una relación no simétrica… Es un abuso” explicó Tablada a RT. “Biden apostó de manera oportunista a la política de Trump y aprovechó la pandemia como un aliado, pero fracasó y fracasará en su objetivo principal de dar al traste con la revolución cubana”.
Los telespectadores de Sepa Más no se fueron a la cama sin que la diplomática cubana les develara otro misterio: “Cuba es uno de los pocos países del mundo donde los ingresos del turismo van a los servicios públicos de la población” (sic). Así, textualmente, apareció en el cintillo del programa.
Y otro: “No ha habido una sola medida de Cuba contra Estados Unidos, ni contra empresas, ni contra individuos, ni contra la población estadounidense”. Las nacionalizaciones se explican por “la apuesta del sistema cubano por el socialismo”, algo que legitima esa “mayoría” de cubanos que enunció la funcionaria.
El manual de la “resistencia creativa” es el peor crimen contra el pensamiento que ha cometido el castrismo 2.0. No lo puede procesar ni el ChatGPT.
Sin embargo, el discurso de los androides continuistas tiene destellos como este, que parecen obra de un troyano, pero que dejan ver toda la sabiduría del régimen totalitario encapsulada por sus mandarines: “Los 200 mil que Estados Unidos pensaba iban a salir a tumbar al gobierno... emigraron”.
Tablada se reconoció optimista “porque no se puede comprar lo que no está en venta, ni vencer lo que resiste, creativamente, como dice el presidente”. Pero “hay que preparase para el peor escenario: un Ron DeSantis presidente en 2024, o un Marco Rubio”.
“Es excelente tu pregunta, porque por ahí va verdaderamente mi respuesta”, dijo al servil periodista la amable diplomática. Con semejantes modales, qué otro mensaje puede salir de la cancillería del régimen, que no sea “con bloqueo o sin bloqueo, Cuba saldrá adelante”.
¿Qué opinas?
VER COMENTARIOS (7)Archivado en: