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El gobierno de Cuba protestó ante Estados Unidos por otorgarle asilo político al piloto cubano Rubén Martínez Machado, quien llegó a Florida en una avioneta el pasado octubre, y convocó al jefe de la embajada estadounidense en La Habana para presentarle una queja diplomática.
El viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, convocó a la cancillería al encargado de Negocios de Estados Unidos, Benjamin Ziff, para "trasladar formalmente la enérgica protesta de Cuba por el otorgamiento de asilo político al ciudadano cubano Rubén Martínez Machado, autor del secuestro de una aeronave civil cubana el pasado 21 de octubre de 2022", según una declaración oficial difundida este martes por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX).
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"Los actos de piratería aérea constituyen delitos tipificados en varios convenios internacionales ratificados por Cuba y Estados Unidos; que este hecho representa una violación del espacio aéreo, de la seguridad operacional y de las regulaciones aeronáuticas cubanas en correspondencia con lo estipulado en los Anexos del Convenio sobre Aviación Civil Internacional (Convenio de Chicago), y que la impunidad sobre acciones de esta naturaleza constituyen un precedente negativo y peligroso", advirtió la nota del gobierno cubano.
El giro en las tensiones diplomáticas entre Washington y La Habana se produce justamente en momentos en que una delegación oficial del gobierno cubano tiene fijada una visita a instalaciones portuarias de Estados Unidos para sostener conversaciones sobre seguridad marítima con autoridades de la Guardia Costera (USCG).
El comunicado del MINREX señala que en cuatro notas verbales anteriores se había insistido en la solicitud de repatriación del piloto y devolución de la nave que, de acuerdo con el gobierno, es "propiedad de la Empresa Nacional de Servicios Aéreos S.A. (ENSA)".
Ahora, sin embargo, protestan "enérgicamente" luego de la concesión de asilo político al cubano por un juez de inmigración.
En opinión del gobierno cubano, esta decisión convierte a Estados Unidos en "cómplices y estimuladores de la piratería y el secuestro aéreo, delitos que, de tolerarse y protegerse, podrían estimular actos ilícitos similares con repercusiones negativas para la seguridad nacional de ambos países".
La declaración alega que la protección otorgada a Martínez viola la Declaración Conjunta en materia migratoria suscrita por ambas países el 12 de enero de 2017, que obliga a Cuba y EE.UU. a “desalentar resueltamente los actos ilícitos vinculados con la migración irregular, promover la cooperación bilateral eficaz para prevenir, y procesar el tráfico de personas, así como los delitos asociados a los movimientos migratorios, que ponen en peligro su seguridad nacional, incluyendo el secuestro de aeronaves y embarcaciones”.
Previamente, las autoridades cubanas de la Aviación Civil consideraron que el robo de la aeronave AN-2 que aterrizó en Florida violó las regulaciones aeronáuticas y coincidieron en calificarlo como “acto de piratería aérea”, tipificado como “delito” en convenios internacionales ratificados por Cuba y los Estados Unidos.
Sin embargo, expertos legales en Estados Unidos cuestionan que se trate de un acto de piratería aérea, que implica que el rapto de la aeronave se produzca con el traslado forzoso de pasajeros. El piloto cubano cometió un acto de robo de un avión estatal para escapar del país, por lo cual las autoridades estadounidenses pudieran proceder a la devolución del objeto robado, a la vez que están en capacidad de considerar el asilo del tripulante bajo al amparo de la Convención contra la Tortura (CAT).
Martínez Machado, de 29 años, compareció ante un tribunal de inmigración de Miami le fue concedido el asilo el pasado jueves, teniendo como defensor al abogado cubanoamericano Eduardo Soto.
Al salir de la audiencia, el letrado aclaró que la decisión del juez era inapelable y reafirmó que el piloto se quedaría en Estados Unidos.
Desde su llegada a ese país, el destino de Martínez permanecía en una incógnita. Las autoridades le negaron la fianza dos veces y lo mantuvieron en un centro de detención para inmigrantes, luego de presentarse en la corte bajo cargos de entrada ilegal al territorio estadounidense.
A poco tiempo de su llegada, reconoció sentirse angustiado porque estaba seguro de que si lo deportaban a la isla lo acabarían fusilando, según el Código Penal entrado en vigor el 1 de diciembre.
“Temo por mi vida, por la de mi familia. Me siento muy preocupado porque no me han dicho nada de mi caso. Me tienen aquí en total incertidumbre y comoquiera que sea eso me afecta psicológicamente”, dijo Martínez Machado en diciembre pasado.
Su abogado reveló que basó la defensa en las consecuencias que podría tener para el aviador su devolución a la isla. Había presentado un documento según el cual la corte aceptaba que, por haberse llevado un avión de Cuba, el caso de Machado caía directamente dentro del nuevo Código Penal y su vida corría peligro si regresaba.
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