El déficit de medios de transporte sigue siendo la principal causa de que las bodegas estatales no cuenten con la sal que se vende de manera racionada a los cubanos.
En los almacenes de las salinas cubanas hay más de 9,500 toneladas de sal, dispuestas para su distribución, pero la población debe comprarla en el mercado informal a unos 150 pesos o en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC).
Los territorios menos afectados son los de la región oriental de Cuba, porque allí se encuentran casi todas las salinas del país, instaladas en esa región por las condiciones naturales que exige este tipo de empresa (seco y ventoso), explicó el sitio oficialista Cubadebate.
Aunque en Matanzas hay una salina, solo es posible ponerla a funcionar en abril, mayo, julio y septiembre, que es cuando menos llueve y más viento hay.
Jorge Luis Bell Álvarez, director de la Empresa de la Sal (ENSAL), dijo a la prensa estatal cubana que se distribuyó la sal correspondiente a marzo.
Los puertos de Santiago de Cuba y Boquerón, en Guantánamo ya cuentan con el producto y comenzó la descarga de una patana que abastecerá a Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus
Para las provincias del occidente se destinaron más de 2,800 toneladas y el municipio especial Isla de la Juventud recibirá la sal en un envío independiente.
Bell Álvarez reconoció que puede haber algún lugar donde todavía no haya llegado el producto.
La venta racionada de sal en Cuba depende de la cantidad de personas que integren un núcleo familiar, por tanto aquellos que tengan entre uno o dos miembros pueden comprar solo un paquete cada tres meses.
Para cubrir la demanda, se indicó que cada empresa geominera de Cuba pusiera un camión que transporte la sal que está en los almacenes y venda el kilogramo a 25 CUP.
"Los Gobiernos de los territorios `ponen el precio para combatir un poco la inflación de la bolsita a los precios que hoy están en la calle”, explicó el director de ENSAL.
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