Un cubano residente en la provincia de Holguín fue apuñalado por un sujeto para robarle el teléfono celular. Aunque su vida no corre peligro, el joven -identificado en redes sociales como Bryan Sánz- tuvo que ser intervenido quirúrgicamente porque una de las puñaladas que recibió le afectó el hígado.
En una publicación difundida en redes sociales la víctima detalló que el hecho ocurrió el pasado sábado 15 de abril y que, aunque en un principio no quiso que su caso se divulgara, tomó la decisión de hacerle saber a todo el mundo cómo está la delincuencia en su provincia.
Bryan cuenta que iba caminando con audífonos puestos entre las ocho y las nueve de la noche por la carretera de Gibara, en el barrio holguinero de Alcides Pino, cuando sacó el teléfono para consultar la hora, momento que aprovechó su atacante para apuñalarlo y arrebatarle el teléfono.
"Cuando me di cuenta ya tenía dos puñaladas, todo fue muy rápido, todo lo que sé es que fue una sola persona”, escribió el joven, quien dio a entender que tener los audífonos puestos impidió que pudiera estar alerta.
“Nada de lugar oscuro, nada de lugar desolado, nada de altas horas de la noche, eso sí, yo andaba solo, todo pasó prácticamente debajo de la luz de un poste eléctrico”, acotó Sanz sobre el ambiente en que ocurrió el asalto.
“Intenté caerle atrás a la persona pero me di cuenta de que no podía, de que tenía mucha sangre saliendo de mi cuerpo. Sinceramente, no sentí los pinchazos. No creía lo que estaba pasando, me sentía confundido y aturdido”, añadió.
Bryan cuenta que se acercó a la vivienda más cercana a pedir ayuda. Los vecinos de la zona se pusieron nerviosos al verlo y enseguida llamaron a la policía. Asegura que estaba tan aturdido que fue incapaz de recordar algún número telefónico para que avisaran a su familia.
“Luego salieron algunos vecinos, una muchacha que estudió conmigo que vive a pocas casas me reconoció y llamó a una amiga mía porque fue el único número que pude recordar. Luego mi amiga les avisó a todos mis familiares", detalló el joven, quien añadió que cuando llegó la policía lo llevaron al hospital y lo operaron.
Sobre el asaltante, Bryan cuenta que usaba un suéter mandarina o rosado fosforescente y una gorra de color blanco que se le cayó al echarse a correr. La gorra está en poder de la policía, pero todavía no se sabe nada.
“Y siguen pasando día tras día sucesos muy parecidos a este y no pasa nada, no quería que mi caso se divulgará por las redes, pero he tomado la decisión de hacerle saber a todo aquel que vea la publicación la situación en la que está la provincia de Holguín”, concluyó.
En días recientes la policía cubana entregó en un acto político teléfonos robados en Holguín como parte de la campaña para reforzar su imagen ante las reiteradas críticas por la pasividad de las autoridades ante el incremento de los robos en el país. Estos actos públicos, que tienden a autocongratular a las autoridades por realizar su labor, se han hecho cada vez más frecuentes en Cuba.
Uno de los robos de teléfonos celulares que mayor relevancia adquirió en las últimas semanas fue el de Léster Domínguez Ortiz, un joven de 16 años que sufrió graves heridas tras ser asaltado a machetazos cerca de la medianoche del pasado 21 de marzo para robarle su celular.
En ese caso el 27 de marzo, seis días después del asalto la Policía arrestó al responsable del hecho, nombrado Adrián Grass Bermúdez, quien confesó el robo.
Según dio a conocer ahora la Policía, el sujeto había participado en otros dos robos de celulares, uno en febrero, que no había sido denunciado porque la víctima pensó que no sería recuperado, y otro en marzo igual que el de Léster.
La inédita ola de violencia que se viene registrando a lo largo y ancho de Cuba, un país que durante varias décadas presumió de ser una de las naciones más seguras de América Latina, ha disparado la preocupación entre los residente en la isla.
La periodista cubana Julita Osendi, quien fue víctima del robo de su teléfono celular a inicios de esta misma semana, calificó de “inadmisible” la actuación policial en su caso y se preguntó si hubiera sido igual la atención recibida si en lugar de ser un asaltada hubiese salido con un cartel de corte político o atacando a un dirigente.
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