Más cubanos se sumaron a la denuncia hecha por Pablo Miguel Echavarría Suárez, quien asegura que existe una banda criminal que opera en el barrio de La Jata, en Guanabacoa.
La semana pasada Pablo declaró a CiberCuba que el 20 de abril fue víctima de un intento de robo con violencia por parte de unos delincuentes. En el altercado logró detener a un asaltante. Contradictoriamente no fue el criminal sino Pablo quien terminó acusado por la policía y pagando una fianza de mil pesos.
Según su testimonio, unos individuos contactaron a un amigo suyo interesado en comprar cigarros y otros productos. Los supuestos vendedores citaron a las víctimas en el semáforo Miquito, de Guanabacoa y los condujeron por la carretera La Lima hacia un terraplén apartado.
Allí, los asaltantes intentaron robar el carro de Pablo, lo amenazaron con un arma blanca, pero las cosas no salieron como esperaban, porque las víctimas se defendieron. Lograron inmovilizar a uno de los asaltantes y llevarlo ante la policía.
Tras realizar su denuncia en las redes sociales y en CiberCuba, Pablo recibió testimonios que indican que en el mismo sitio han ocurrido varios hechos similares.
En declaraciones a Cubanet el joven asegura que ha recibido al menos tres comunicaciones de otras víctimas de robos con violencia con el mismo modus operandi y en la misma región, La Jata, en Guanabacoa.
"A unas personas de Oriente los ‘encuadrillaron’ y les quitaron 600.000 pesos, además los lesionaron. De Pinar del Río me llamaron otros que también se salvaron y pudieron coger a uno de los asaltantes; lo tiene la policía y nada, los demás siguen sueltos", dijo Pablo.
Es probable que este presunto grupo de asaltantes tenga al menos 12 integrantes. Pablo y otras víctimas buscan descubrir la identidad de alguno de los miembros del clan que actúa en La Jata y han logrado encontrar datos con los vecinos de la comunidad.
Sin embargo, la policía cubana no actúa y los ladrones siguen haciendo y deshaciendo a sus anchas. Esto genera una gran incomodidad en las víctimas y en los pobladores de La Jata que sienten su seguridad amenazada cada día más.
"¿Si lo saben los vecinos cómo no lo va a saber la policía? Lo que pasa es que hacen tremendo mal trabajo, que no les importa. Para que se pongan para esto primero tiene que haber un muerto, parece. Quiero divulgar lo más que pueda esta situación, y crear una alerta para que más nadie caiga en lo mismo", dijo Pablo.
El auge de la violencia en Cuba es cada vez más notable. Está marcado por una profunda crisis económica, social y política, pues el Estado destina sus recursos a reprimir a quienes piensan diferente y desatiende aspectos esenciales para la tranquilidad ciudadana.
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