Un estudiante de arte de la Universidad Nacional de Seúl, capital de Corea del Sur, se comió la obra de arte titulada Comedian, del italiano Maurizio Cattelan, que consiste en un plátano pegado con cinta adhesiva en la pared.
La obra del artista italiano, colgada en una pared del Museo de Arte Leeum de Seúl, sació el pasado jueves el apetito del estudiante coreano que admitió a las autoridades del museo que la arrancó porque tenía hambre, según trascendió en una nota de CNN.
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"El estudiante dijo al museo que se la había comido porque tenía hambre", explicó un portavoz de esa institución cultural al medio de prensa.
Después de masticar la fruta, el joven volvió a pegar la cáscara en la pared, y poco después los curadores del museo la sustituyeron por un plátano fresco.
"Ocurrió de repente, así que no se tomó ninguna medida especial. El artista fue informado del incidente, pero no tuvo ninguna reacción al respecto", añadió el portavoz del museo.
El plátano se cambia cada dos o tres días y no está a la venta.
La obra forma parte de la exposición individual WE de Cattelan, que se expone en el museo de Seúl hasta el 16 de julio.
El famoso plátano que ha dado de qué hablar entre los amantes del arte contemporáneo se convirtió en uno de los mayores momentos virales del mundo del arte cuando se vendió por 120,000 dólares en Art Basel Miami Beach en diciembre de 2019.
En esa ocasión, el artista de performance David Datuna arrancó sin contemplaciones el plátano expuesto en la galería Perrotin y lo engulló ante la mirada atónita de los espectadores.
Datuna se deleitó con la hazaña y publicó en Instagram que la instalación estaba "deliciosa" para después defender el acto, calificándolo de performance artística en una rueda de prensa y no de hecho vandálico.
Billy y Beatrice Cox, la pareja de Miami que compró el plátano vendido por $120,000 en Art Basel, vaticinaron que se convertiría en un "objeto histórico emblemático".
Según declararon, la pareja planeaba prestarla y después regalarla a una institución de arte no especificada con la esperanza de atraer nuevas generaciones al museo.
Para los cubanos, se convirtió en carne de memes para criticar la realidad de la isla a partir del absurdo de la obra.
Con el humor que los caracteriza, los cubanos criticaron desde el gobernante Miguel Díaz-Canel hasta la situación del país antes y después del primero de enero de 1959, la escasez de alimentos en la Isla o los altos precios de estos en los agromercados estatales.
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