Vecinos del reparto Flores, en el municipio habanero de Playa, llevan cuatro años esperando una respuesta de las autoridades cubanas sobre los peligrosos desprendimientos del techo de su edificio.
Álvarez Suárez, uno de los afectados, escribió nuevamente a la sección Acuse de Recibo del diario Juventud Rebelde, -lo había hecho ya en 2021- para denunciar que tanto la Dirección de la Vivienda, como el gobierno y el Partido del territorio han hecho oídos sordos a un reclamo urgente, pues durante años se han registrado desprendimientos sistemáticos de partes del alero de la azotea.
Desde 2019, cuatro inspectores visitaron el inmueble situado en la calle 174, No. 121, entre 1ra. y 3ra., y testificaron el peligro inminente de una desgracia humana, por el tamaño y la altura desde donde caen los pedazos.
En 2020 el Intendente les indicó que su caso no estaba en el plan de ese año, pero los residentes no se amilanaron y escribieron a la fiscalía municipal y al departamento de atención a la población del Consejo de Ministros.
Pero la respuesta que les dieron fue negativa, alegando que en el reparto Flores había muchos edificios deteriorados, aunque los afectados recordaron que no se trataba solo de deterioro, sino de peligro para la vida.
Sin darse por vencidos, acudieron nuevamente a la Dirección Municipal de la Vivienda, de donde enviaron otro inspector que hizo un dictamen reflejando la situación preocupante.
"Ahora nos dicen que en esa instancia cambiaron a un buen número de personas, y parece que nuestro caso pasó a mejor vida", lamentó Suárez.
Los afectados continúan denunciando el caso en las asambleas de rendición de cuenta, donde muestran los trozos caídos, pero "el silencio continúa y los desprendimientos también, cada vez en momentos más inesperados y de mayores dimensiones", subrayó.
La comunidad ha colocado palets de madera para amortiguar los efectos de los desplomes, pero tampoco ayuda.
"No quisiéramos que el arreglo se produjera después de una calamidad, con visitas de caras compungidas de pésame. Ojalá se produzca la atención y nunca a los precios inflacionarios no alcanzables para jubilados que habitamos el inmueble", concluyó.
El domingo pasado, una cubana perdió su casa por un derrumbe en su edificio, situado en La Habana Vieja, en la calle Empedrado, entre Aguacate y Compostela.
La mujer grabó un video para mostrar los restos de lo que era su vivienda, de la cual tuvo que salir con la ayuda de los bomberos. Escombros, andamios que sostenían los techos, marcos de ventanas y cables llenaban el lugar, que quedó totalmente al raso.
"Me quedé sin casa, pero no importa, tranquila, es una mentira que la revolución no desampara a nadie, es una mentira", dijo con ironía.
Según dijo, la edificación llevaba tiempo en peligro de venirse abajo.
"Esto es así, esto no le importa a nadie. A nadie, a nadie le importa esto. Todo se derrumbó, todo, todo se derrumbó", concluyó.
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