Doctores negaron el aborto a una mujer de Florida, a pesar de que el bebé no tenía posibilidades de sobrevivir y nacería muerto.
Deborah Dorbert, de 33 años, llevó a término el embarazo de un bebé que no tenía riñones, pues las leyes de Florida prohíben casi todos los abortos después de las 15 semanas, según trascendió en una nota de CNN.
Milo, el hijo de Dorbert, murió en sus brazos el 3 de marzo, poco después de nacer, tal como habían predicho los médicos.
"Jadeó un par de veces cuando le cogí en brazos. Vi cómo mi hijo respiraba por primera vez y lo sostuve mientras respiraba por última vez", dijo la mujer.
Dorbert contó a la prensa que su embarazo transcurrió con normalidad hasta noviembre, cuando, a las 24 semanas, una ecografía mostró que el feto no tenía riñones, apenas tenía líquido amniótico y su corazón estaba hinchado.
Los médicos no sólo le dijeron que el bebé moriría, sino que el embarazo la exponía a un riesgo especialmente alto de preeclampsia, una complicación potencialmente mortal.
Sin embargo, los galenos le explicaron que era demasiado tarde para interrumpir el embarazo en Florida y sus únicas opciones eran salir del estado para abortar o llevar el bebé a término, pero Dorbert y su esposo no tenían dinero para viajar.
La ley de Florida permite abortar después de las 15 semanas si dos médicos confirman por escrito el diagnóstico de una anomalía fetal mortal, pero los médicos de Florida y otros estados con leyes similares han dudado en interrumpir esos embarazos por temor a que alguien cuestione si la anomalía era realmente mortal.
Las penas por infringir la ley son severas, los médicos pueden enfrentar hasta cinco años de cárcel y 5,000 dólares de multa.
La legislación hace una excepción si "dos médicos certifican por escrito que, a juicio médico razonable, el feto tiene una anomalía fetal mortal", que la ley define como "una condición terminal que, a juicio médico razonable, independientemente de la provisión de tratamiento médico para salvar la vida, es incompatible con la vida fuera del útero y provocará la muerte al nacer o inminentemente después".
"La intención de la ley es bastante clara. Estamos proporcionando a las madres los recursos que necesitan para criar hijos sanos, facultando a los médicos para que ayuden a sus pacientes a tomar decisiones informadas, y cambiando la conversación hacia la valoración de la vida", confirmó Jenna Persons-Mulicka, representante del estado la prohibición del aborto.
El mes pasado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, firmó una ley aún más restrictiva que prohibiría la mayoría de los abortos en el estado después de las seis semanas, con una excepción para las anomalías fetales letales.
La ley no entrará en vigor hasta que el Tribunal Supremo del estado revoque su precedente sobre el aborto o desestime un caso que desafía las restricciones estatales al aborto.
Deborah conoció a Lee en 2014 mientras trabajaban en Publix en Lakeland, Florida, donde ella era dependienta y él jefe de equipo en el departamento de comestibles. Se casaron tres años después, y su hijo Kaiden nació un año después.
El año pasado, la pareja se emocionó al enterarse de que iban a tener un segundo hijo. El día antes de Acción de Gracias, cuando estaba embarazada de 23 semanas, Dorbert llevó a Kaiden a una ecografía.
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