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El monopolio militar-financiero GAESA y un socio italiano impusieron a los propietarios minoritarios de apartamentos en el habanero edificio Atlantic el pago en divisas de los gastos de mantenimiento y gestión, con transferencias bancarias desde el extranjero, revelaron a CiberCuba varios de los afectados, que rehusaron ser identificados.
"Nuestra situación, como minoritarios, es de indefensión y paradójica, pues quien ahora nos impone pagos en divisas y desde nuestras cuentas en el extranjero, no nos paga los alquileres desde 2020, pese a que reconoce la deuda", explicaron.
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Los accionistas mayoritarios de Atlantic son la Inmobiliaria CIMEX, S.A. -subordinada al complejo militar-financiero-empresarial de GAESA y propietaria de 28 apartamentos- y el empresario italiano Michele Bizzi, que ostenta la titularidad de 22, y que parecen haber solucionado amistosamente su pleito por impagos de alquileres, reclamaciones mutuas y cobros en el extranjero.
La presencia de Bizzi en una reciente reunión de empresarios extranjeros con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, podría indicar que las aguas han vuelto a su cauce entre los dos propietarios mayoritarios del edificio Atlantic, pero CiberCuba no ha podido confirmar este extremo con el abogado español Hermenegildo Altozano, que representa los intereses del empresario italiano en La Habana.
En enero de 2022, Altozano, calificó los hechos de grosera maniobra contra empresarios extranjeros, en carta enviada a CiberCuba.
En una reciente Junta de propietarios, los mayoritarios impusieron, con sus votos que, próximamente, los gastos de gestión, administración y posibles arreglos y mantenimientos del Atlantic tendrán que ser abonados por los propietarios en divisas, mediante transferencias realizadas desde el exterior a la cuenta de la administración del inmueble.
La decisión revierte una disposición de 2021 que -bajo el influjo de la Tarea ordenamiento- estableció que los alquileres y gastos de comunidad de los apartamentos podrían pagarse en pesos cubanos y, que la administración pagaría a los propietarios, en función de la disponibilidad de divisas.
El edificio Atlantic, situado en la esquina de las calles Primera y D, en el Vedado, está administrado por la empresa mixta Azul Inmobiliaria, S.A., que está en fase de liquidación, según una fuente de Inmobiliaria CIMEX, S.A.
Escenario sombrío
Azul Inmobiliaria no seguirá siendo la administradora del edificio Atlantic, sino que se creará una nueva empresa mixta, integrada por los mismos socios; incluido Bizzi, vinculado al inmueble desde su promoción y construcción, precisó la fuente de Cimex, S.A, que calificó de "escenario sombrío" las inversiones inmobiliarias en Cuba.
"Apenas se rentan apartamentos y mucho menos se concretan ventas de este tipo de inmuebles, que además del precio de la compraventa llevan aparejados los gastos de condominio y los aportes que deben hacer los propietarios para las mejoras que decidan realizar y se acuerden en la Junta de propietarios, a lo que se une el deterioro de los edificios por la falta de mantenimiento y el encarecimiento de los materiales", explicó.
Una propuesta de varios propietarios de cobrar ellos directamente del inquilino y luego pagarle a la administradora ha sido rechazada por los mayoritarios, dijeron los afectados.
"La formula de administración de esos inmuebles; incluidos pagos y cobros atrapa a los propietarios extranjeros en una madeja legal que les impide, por ejemplo, desechar el mandato de la gestora y modificar el contrato de compraventa inicial de la propiedad, que resulta desproporcionado y lesivo a sus intereses", sostuvo una jurista cubana, experta en inversiones extranjeras.
La inversión inmobiliaria en Cuba está incluida dentro del esquema estatal de negocios con extranjeros y, según la nacionalidad del inversionista, encuentra amparo en los acuerdos de promoción y protección bilaterales suscritos por La Habana con otros gobiernos; que podrían invocarse por los propietarios en el caso que demanden al Estado cubano por infracción del tratamiento que reciban en la isla, recordó la jurista.
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