Julio Ibarra, el único balsero cubano sobreviviente del naufragio ocurrido a finales de diciembre pasado en aguas de Palm Beach, revivió la tragedia que marcó su llegada a Estados Unidos y en la que vio morir a varios de sus nueve compañeros de travesía.
En declaraciones a América TeVe, el joven espirituano consideró que lo sucedido en su caso fue “más que un milagro, fue una obra de Dios, con su mano puesta”. Asimismo, pidió a las autoridades estadounidenses que detengan los vuelos de deportación de balseros cubanos como él.
“Yo vi morirse a uno delante de mí con un ataque de pánico. Mi amigo se me perdió casi que de la nada, después de haber nadado cuatro kilómetros con él al hombro. Los demás nadaron para otro lado, pero supongo que tampoco hayan aguantado”, dijo el sobreviviente.
Ibarra y sus compañeros de travesía salieron de Cuba por la provincia de Matanzas el día 10 de diciembre. Ocho días después era rescatado sobre las 3:30 pm (hora local) por la Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) cerca de Lake Worth Beach, en el condado floridano de Palm Beach.
"El sobreviviente informó que él y otros 9 salieron de Cuba el 10 de diciembre y que el barco naufragó el domingo por la mañana temprano", precisó entonces la Guardia Costera.
Este viernes, el balsero cubano reconstruyó fragmentos de su historia durante una entrevista en la que volvió a insistir en sus declaraciones de que no recibieron ayuda de pescadores y otras embarcaciones que pasaron por la zona y les negaron el auxilio.
“Yo vi al catamarán, pedí ayuda y el capitán se dio la espalda, yo le dije a mi amigo que flotara mientras buscaba ayuda, pero cuando volví no estaba”, dijo Ibarra, reafirmando su testimonio inicial, ofrecido al mencionado medio cuando todavía permanecía en el hospital recuperándose de la traumática experiencia.
Emocionado, el joven afirmó que fueron sus dos hijos los que le dieron fuerza para sobrevivir. “Yo le pedí a Dios que me diera la oportunidad de volverlos a ver”, dijo con voz entrecortada un balsero que perdió 13 kilos de peso durante la travesía.
Un error en el mantenimiento del motor cambió el curso del camino y del destino de 10 cubanos que decidieron desafiar el mar y las propias leyes estadounidenses para llegar a un país con la misma esperanza de salir de la miseria y la falta de libertades que movió a centenares de miles de cubanos que abandonaron Cuba durante la mayor crisis migratoria de su historia.
La reanudación de los vuelos de deportación a finales de abril y otras medidas que dan forma a las nuevas políticas de la administración Biden para detener el flujo de entrada de migrantes irregulares al país, preocupan al cubano.
“No sé qué va pasar con esa ley, qué van a hacer, pero deberían dar una oportunidad a las personas”, indicó Julio Ibarra, intranquilo ante el anuncio del Departamento de Seguridad Nacional de que tanto cubanos, como haitianos, que intenten llegar ilegalmente a las costas de Estados Unidos serán devueltos a sus países.
En ese sentido, el portavoz de la USCG, Hansel Pintos, reiteró el mensaje de que “no hay política de pies secos, pies mojados y el parole humanitario no es para quienes lleguen de manera ilegal al país”.
Además, reveló las cifras de las repatriaciones de cubanos en la última semana y en lo que va del 2023. “80 esta semana y más de 6,400 en lo que va del 2023”, destacó el portavoz de la USCG.
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