Autoridades de la provincia cubana de Las Tunas reconocen que el desempleo aumentó en lo que va de año en ese territorio, según medio local oficialista.
En ese territorio del oriente de la isla se incrementó la cifra de personas desvinculadas o fuera de sus puestos de trabajo, sin garantías salariales, por el lento avance en la generación de nuevos puestos de trabajo y el bajo nivel de aseguramiento en las entidades para enfrentar los aprobados procesos de interrupción y disponibilidad laboral, admitió la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social en un reporte del medio local oficialista Periódico 26.
La entidad afirmó, además, que ejecutan un plan de medidas para revertir esa situación, aunque sin hacer referencia a la crisis que impacta a la economía que ha llevado a una inflación sin precedentes que devalúa los salarios estatales, ya de por sí bajos.
Entre las medidas para incentivar el empleo mencionaron la oferta de tierras ociosas para la entrega en usufructo a los interesados; la promoción y facilitación del acceso al trabajo no estatal, así como el trabajo a distancia y el teletrabajo.
Al finalizar 2022, dijeron, se emplearon en esa provincia 8,330 personas en el sector estatal y en el trabajo por cuenta propia, aunque no todas las necesidades fueron cubiertas.
En febrero último, cifras oficiales revelaron que unos 800 mil jóvenes cubanos no estaban vinculados ni al estudio ni al trabajo.
El preocupante dato fue revelado por Keyla Estévez García, directora del Centro de Estudios de Juventudes, en una reunión donde Aylín Álvarez García, primera secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) departió con dirigentes de esa organización en Ciego Ávila, de acuerdo con un reporte del medio oficialista Invasor.
El nivel de desvinculación casi octuplicaba los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación que, en el 2019, estimaba que 134,579 cubanos de 17 a 24 años no estudiaban ni tenían empleo, el 12,2 % de ese grupo etario.
Los dirigentes de la juventud comunista discutieron además sobre otros fenómenos demográficos y sociales relacionados con la crisis que padece la isla como “la baja tasa de natalidad, las insatisfacciones de los egresados de nivel superior en sus labores profesionales, la desmotivación a desarrollar proyectos de vida en Cuba, la emigración”.
A finales de diciembre trascendió que el régimen cubano buscaba rescatar la llamada “Ley contra la vagancia”, en el contexto de una crisis migratoria sin precedentes que ha desangrado la fuerza laboral y de un aumento de los delitos e ilegalidades en el país.
Esta medida, impuesta por el gobernante Fidel Castro en 1971, fue una disposición por la cual miles de personas que no trabajaban con el Estado fueron castigadas u obligadas a realizar labores manuales y estudiar en horario nocturno. La legislación fue abolida en 1979, cuando se incorporó el estatuto de desempleado como “estado peligroso” al Código Penal cubano.
El gobierno cubano también ha admitido que la mayoría de los jóvenes cubanos prefieren vincularse al incipiente sector privado de la isla, antes de emplearse en trabajos estatales. A finales de 2022, se estimaba que la fuerza de trabajo no estatal en Cuba se aproximaba a los 500 mil trabajadores.
Asimismo, a mediados del año pasado, se conocía que más del 70 por ciento de los cubanos que se incorporaron al empleo en 2022 prefirieron hacerlo en el sector privado.
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