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Las autoridades de la capital cubana están poniendo multas de 8,000 pesos a choferes en La Habana por lo que consideran un "cobro abusivo del transporte".
El gobierno de La Habana señaló que se trata de "personas inescrupulosas" que violaron la ley y aumentaron el precio del traslado de pasajeros, "y crearon un malestar" en la población.
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La Dirección de Inspección Provincial realizó varias acciones de control en calles de la ciudad para atrapar a los infractores.
En la intersección de la Avenida Rancho Boyeros y Tulipán, en el municipio Plaza, se detectó a un transportista que cobraba 200 pesos por el recorrido entre La Habana y Santiago de las Vegas.
En la calle 101 esquina a 34, en el Cotorro, se detectó a otro que exigía 150.00 pesos por el tramo comprendido entre ese municipio y el Parque del Curita, en Centro Habana.
También el Cotorro se descubrió a un tercero que pedía 100 pesos por ir desde allí hasta la Virgen del Camino, en San Miguel del Padrón.
Los tres fueron notificados con multas de 8000 pesos, a tenor del Decreto 30/21 "De las contravenciones personales, sanciones, medidas y procedimientos a aplicar por la violación de las normas que rigen la política de precios y tarifas".
Este denominado "cerco al cobro abusivo e ilegal del transporte" por parte del gobierno se da en medio de una severa escasez de combustible, con los choferes haciendo colas durante días para poder comprar combustible.
En medio de esa situación, las personas que necesitan trasladarse deben abonar más dinero por moverse en los pocos vehículos que circulan por calles y carreteras.
Mientras, el régimen, como es habitual, acusa a los particulares de aprovecharse de la situación, cuando es incapaz de poner solución a la crisis.
Por estos días, las calles de muchas ciudades del país muestran una imagen apocalíptica y desoladora, donde no se ve ni un solo carro.
Lugares emblemáticos de La Habana como la céntrica calle 23, de El Vedado, o el Paseo del Prado, que siempre se han caracterizado por el constante movimiento de personas y vehículos, hoy transmiten una sensación de vacío que no se vio ni siquiera en los peores momentos de la pandemia del coronavirus.
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