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La Unión Europea (UE) enviará a Cuba a su Representante Especial para los Derechos Humanos, según anunció en La Habana Josep Borrell, jefe de la diplomacia del bloque europeo.
La visita de Eamon Gilmore, programada para finales de noviembre, servirá para “analizar la situación creada antes, durante y después de las manifestaciones y detenciones” practicadas por el régimen cubano tras las históricas protestas del 11 de julio de 2021.
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Así lo afirmó Borrell al término de su visita de dos días a la capital cubana, a la que asistió para encabezar el diálogo estructurado que mantiene la UE con el gobierno de Miguel Díaz-Canel, además de reunirse con empresarios, ciudadanos europeos y cubanos.
"Este es un resultado importante de la exitosa visita de esta semana del Alto Representante Josep Borrell. Ya me estoy preparando para copresidir el próximo Diálogo de Derechos Humanos de la UE con Cuba a finales de este año", dijo Gilmore en Twitter.
En su calidad de Alto Representante de Política Exterior de la UE, Borrell viajó a Cuba para participar en el Consejo Conjunto que se prevé como parte de los mecanismos del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación (ADPC) entre la UE y Cuba.
Sin embargo, una “repentina afección viral” del canciller cubano, Bruno Rodríguez Padilla, dejó al español sin posibilidad de encontrarse con su contraparte, que afirmó vía Twitter que se veía “obligado a guardar un aislamiento responsable”.
Impedido de intercambiar con el ministro de relaciones exteriores cubano y dejando fuera de su agenda encuentros con familiares de presos políticos, activistas y opositores cubanos, Borrell se regresa a Bruselas en medio de fuertes reproches de la sociedad civil cubana, y soportando una vez más el desplante del régimen al bloque comunitario.
“La Unión Europea no tiene ni la capacidad ni la voluntad de imponer cambios en Cuba, pero sí queremos tener un marco de diálogo que nos permita hablar, sobre todo lo que nos une y los que nos diferencia sin tabúes ni prohibiciones”, volvió a declarar el jefe de la diplomacia europea.
Más de seis años después de aprobado el ADPC (12 de diciembre de 2016) y su parcial entrada en vigor, en sustitución de la política de condicionamiento democrático contenida en la Posición Común europea de 1996, el Alto Representante sigue apostando por los mecanismos previstos en un Acuerdo utilizado hábilmente por La Habana para dar vueltas en la noria sin hacer caso a ninguna de las recomendaciones de sus “socios” europeos.
El comportamiento del régimen cubano, reacio a emprender ningún cambio que debilite su posición de poder y cada vez más fiado a la eficacia de su aparato represor para acallar las protestas en Cuba, ha servido de argumento a muchos europarlamentarios, funcionarios y gobiernos europeos para pedir la suspensión del ADPC hasta no sean atendidas sus recomendaciones en materia de derechos humanos, la liberación de los presos políticos entre ellas.
Sin embargo, imbuido del espíritu de diálogo y cooperación implantando en las relaciones bilaterales por su antecesora en el cargo -la itialiana Federica Mogherini-, el político español repitió el mantra de “hablar sin tabúes todos los temas” con las autoridades cubanas... pero la silla de Rodríguez Padilla quedó vacía, como la de Fidel Castro en la Asamblea Nacional, que fue aplaudida por todos los diputados.
"Apreciamos que desde el mismo comienzo de la operación militar especial nuestros amigos cubanos (...) hayan manifestado claramente su posición y expresado su plena comprensión en sus valoraciones de las razones que condujeron a la situación actual", dijo a finales de abril el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, quien sí se reunió con Rodríguez Parrilla durante su visita a La Habana tras las elecciones a diputados en las que salió “reelecto” Díaz-Canel.
El jefe de la diplomacia de Vladimir Putin también fue recibido por el dictador Raúl Castro y durante una conferencia de prensa en La Habana aseguró que “nuestra cooperación militar con Cuba se está desarrollando con éxito, según los acuerdos entre ambas partes. "Y tengo entendido que las formas de esta cooperación militar satisfacen tanto a la parte rusa como a la cubana", afirmó.
Con un escenario internacional marcado por la invasión de Rusia a Ucrania, el Alto Representante de la UE decide viajar a La Habana en persona para hacerse cargo de las negociaciones con el régimen cubano, pero este le da un paseo por Centro Habana para que coma pasteles de guayaba y juegue dominó con fichas marcadas, mientras periodistas independientes, activistas y opositores quedan encerrados y cercados en sus casas por la Seguridad del Estado.
“Ucrania es una víctima y Rusia es el agresor”, dijo Borrell en declaración a periodistas, recogida por Reuters. “Esperamos contar con Cuba en su calidad de defensora (...) de los principios básicos del derecho internacional para proveer del respeto y la integridad territorial de la soberanía de Ucrania", añadió.
En noviembre de 2015, Eamon Gilmore fue designado por Mogherini como su Enviado Especial para el Proceso de Paz en Colombia, cargo en el que ha continuado desde entonces.
Desde febrero de 2019, Gilmore es también Representante Especial de la UE para los Derechos Humanos, posición desde la que ha mantenido estrecha colaboración con los involucrados en las negociaciones del Acuerdo de Paz de Colombia en 2016, incluido el régimen cubano, que ha albergado en su capital varios encuentros de los negociadores.
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