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La jueza federal Aileen Mercedes Cannon, una inmigrante de raíces cubanas y colombianas, aparece asignada para supervisar y manejar la acusación delictiva contra el expresidente Donald Trump en un tribunal de Miami, según fuentes judiciales.
La asignación de Cannon, quien fue justamente nombrada para el puesto por Trump en 2020, implica que la jueza tendría en sus manos el caso en la fase inicial de la revisión y presentación formal de cargos tras la audiencia programada para el próximo martes 13 de junio, a las 3 pm, pero no necesariamente que presidirá el proceso judicial en su totalidad.
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Su nombre aparece estampado en la primera página del documento de acusación, de 49 páginas, difundido este viernes.
Por lo pronto la simple inclusión de Cannon en los trámites procesales del encausamiento y sus antecedentes en del caso de los documentos incautados por el FBI en la residencia del expresidente en Mar-a-Lago, despiertan especial atención, con los ojos de la cobertura informativa nacional puestos en Miami y la jueza “colombo-cubana” que ya favoreció a Trump en un fallo previo.
En la tarde del jueves, se conoció que un jurado de instrucción decidió encausar a Trump en relación con la pesquisa de los documentos clasificados, incautados por el FBI el pasado año. Entre los siete cargos formulados figura el de obstrucción de la justicia, que conllevaría hasta 20 años de cárcel.
Trump se convirtió así en el primer expresidente que es acusado con cargos federales en la historia de Estados Unidos.
La revelación sacudió especialmente a Miami y Florida, convertida ya esta semana en epicentro de atención internacional por otro acontecimiento de carácter deportivo: la decisión del astro futbolístico Lionel Messi de sumar su talento al equipo del Inter Miami en la MLS.
El expresidente hizo inmediatamente pública la noticia del encausamiento y se declaró inocente. El Departamento de Justicia no ha hecho un anuncio del proceso, pero este viernes el consejero especial para el caso, Jack Smith, defendió la investigación y el encausamiento en marcha.
"En este país tenemos un conjunto de leyes que se aplican a todos... Aplicar esas leyes, recopilar hechos, eso es lo que determina el resultado de una investigación. Ni más ni menos", dijo Smith desde su oficina en Washington DC.
La entrada de Cannon nuevamente en el proceso ha desatado intrigas y especulaciones.
Cannon no es ajena al caso de los documentos clasificados. Radicada en un tribunal de Fort Pierce, ella fue la encargada de nombrar un perito especial para revisar los materiales incautados el pasado agosto y determinar que el FBI no podría utilizar la totalidad de los documentos como parte de la investigación en curso contra Trump.
Pero la orden de Cannon fue finalmente revertida en su totalidad por el Tribunal de Apelaciones del 11º Circuito de Atlanta, que consideró que la jueza se había extralimitado en el ejercicio de su jurisdicción sobre la investigación del FBI.
Su designación para la primera audiencia del encausamiento puede explicarse justamente a partir de ese episodio previo.
En la mayoría de los casos federales los jueces se asignan al azar, pero la selección de Cannon junto al magistrado Bruce Reinhart, que aparece en la citación a Trump, podría estar justificada en que ambos ya tuvieron desempeño en el asunto de los documentos en el procedimiento, según los expertos.
Reinhart fue el juez que firmó la orden de registro inicial de Mar-a-Lago el pasado agosto y luego ordenó develar la declaración jurada de la requisa, lo que lo convirtieron en blanco de críticas de los seguidores de Trump.
La explicación de estas designaciones tiene que ver con los orígenes de la investigación del caso, que se desató en el condado de Palm Beach, bajo la jurisdicción del distrito Sur de Florida. Los expertos consideran que si la acusación está relacionada con la orden de registro y la posible obstrucción de la justicia se cometió en Mar-a-Lago, son los jueces y magistrados de la jurisdicción de Florida quienes deben encaminar el proceso.
De cualquier manera, la asignación de Cannon la sitúa en el centro de uno de los casos penales más trascendentales de la historia política y judicial de Estados Unidos. Se menciona también que la audiencia de presentación pudiera estar a cargo del juez federal Erdwin Torres.
A última hora se supo que la audiencia inicial estará presidida por el magistrado federal Jonathan Goodman. La jueza Cannon no tendrá que comparecer en la sala.
Aunque Cannon participe solo al comienzo del proceso y tenga que decidir sobre las mociones para tratar de descarrilar la acusación, su papel tendrá enormes implicaciones en el desarrollo del caso.
Cannon tiene 42 años. Nació en Cali, Colombia, en 1981, hija de un ejecutivo publicitario colombiano y una mujer cubana, y emigró de niña a Estados Unidos.
Estudió en la Universidad de Duke, Carolina del Norte, de donde se graduó en 2003. Tras concluir los estudios de Leyes en la Universidad de Michigan en 2007, trabajó en la oficina del juez de distrito Steven M. Colloton, del Octavo Circuito del Tribunal de Apelaciones, y con posterioridad se sumó a la firma Gibson Dunn & Crutcher, en Washington DC.
A partir de 2013 ocupó una posición como fiscal federal adjunta en el Distrito Sur de Florida, en la oficina de Fort Pierce, por siete años, hasta su designación como jueza durante el mandato de Trump.
Trump tiene previsto comparecer en el tribunal de Miami y luego dirigirse a una fiesta de recaudación de su campaña, la noche del 13 de junio, en vísperas de su cumpleaños 77.
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